¿Por qué, cuando las ocasiones más lo requieren, no somos capaces de hacer lo más sencillo, por ejemplo, despejar con contundencia alejando el balón de la zona de peligro? ¿Por qué no hemos puesto en práctica en lo que va de campeonato dedicar unos minutos, tras el momento mismo en el que el marcador se pone de nuestro lado, a mimar el esférico, a coordinarnos con pases que serenen el partido y hagan ver al rival que somos un conjunto con el temple que se necesita para ganar los partidos?
No es que ante el Numancia nos faltase ambición, tampoco estuvimos todo el tiempo ayunos de buen juego, en ninguna fase del encuentro faltaron las ganas. Es decir, no sería justo hablar de que jugamos un partido desastroso y que en ningún momento se dejaron ver atisbos de calidad en el juego, sobre todo, por parte de un Saúl Berjón que fue el futbolista más desequilibrante a la hora de dar una serie de pases que, además del que transformó Bárcenas, pudieron terminar en gol.
Es muy alentador que Bárcenas se vaya acercando al jugador que fue en los inicios de la temporada anterior; está muy metido en los partidos y, además, tuvo la fortuna de haber marcado en los dos últimos que jugó. Por otro lado, parece todo un descubrimiento el rendimiento que viene dando Sangalli como lateral. No deja de ser paradójico que, teniendo tres jugadores para esa demarcación, Sangalli, en los dos últimos partidos, haya cumplido con solvencia en ese puesto.
Atragantones, sí, no sólo en lo que se refiere al maleficio de que, una vez más, se nos fuese la victoria ya en el descuento, sino también en fases del partido en las que no nos resultó nada fácil librarnos del asedio del Numancia, en especial, en los primeros minutos del segundo tiempo.
Aun siendo cierto que hay mucho que mejorar, aun siendo cierto que, a veces, nos apodera un nerviosismo que nos convierte en flanes, la mejoría del equipo es innegable, sobre todo, en lo que se refiere a una solidez defensiva que habíamos perdido por completo a principios de la temporada.
Se trata de evitar los atragantones, se trata también de un poco más de precisión en las jugadas de ataque, sobre todo, a la hora de la oportunidad de gol y también en lo que se refiere a buscar el aprovechamiento de las jugadas a balón parado, algo en lo que estamos inéditos en lo que va de campeonato.
Así las cosas, no queda otra que mantener y fortalecer la esperanza. Podemos ir a más, tenemos que ir a más.