La actual delegada del Gobierno, doña Delia Losa, sin que ello haya supuesto la invención de otro Mediterráneo, según unas declaraciones que leí recientemente en EL COMERCIO, considera que «recuperar los terrenos de La Vega para usos culturales enriquecerá Oviedo». Nunca se nos hubiera ocurrido, ciertamente.
De todos modos, si algo se puso claramente de manifiesto en las actividades culturales llevadas a cabo en ese emplazamiento por la Fundación Princesa de Asturias, es la potencialidad que tiene todo ese entorno, ahora mismo a la espera de las decisiones que se tomen desde el Ayuntamiento, previo acuerdo con el Ministerio de Defensa.
Dejando de lado que no se sabe cuándo se retomarán las negociaciones entre el Ayuntamiento de Oviedo y el Gobierno de España para llegar a una solución sobre el asunto, lo que me temo es que nos queda una larga espera hasta que, por fin, se dé vida a esos terrenos.
Me explico: el Consistorio afirma que prefiere esperar a que haya un Gobierno no interino en España para volcarse en las negociaciones. Primera cuestión, está por ver si lo habrá en el corto plazo, toda vez que las encuestas dejan bien claro que el Parlamento que se formará a partir de las elecciones del 10 de noviembre no va estar menos fragmentado que el actual.
Pero, emplazándonos en el más favorable de los supuestos, o sea, que la formación de un Gobierno sea posible en el corto plazo y que además las negociaciones entre el Ayuntamiento de Oviedo y el nuevo Ejecutivo de España cristalicen pronto y de forma positiva para Oviedo, toca hacerse una pregunta muy clara y muy concreta: ¿Tiene el actual equipo de gobierno vetustense un proyecto claro de lo que toque hacer en los terrenos de la Vega, más allá de generalidades que necesitan especificarse lo antes posible?
¿Está dispuesto el actual equipo de Gobierno a abrir un diálogo con sectores de la sociedad civil para ir pergeñando ese proyecto?
Desde luego, son muchas las actividades culturales que podrían llevarse a cabo. Pero no estaría mal bajar a lo concreto y explicar cuáles serían. Desde luego, sería fantástico que sirviesen también esos terrenos para crear empleo, pero sería muy esperanzador que supiésemos de qué actividades laborales estaríamos hablando.
Lo cierto es que, según me temo, nos queda una larga espera, no sólo en lo que se refiere a la recuperación de esos terrenos para Oviedo, sino también en lo tocante a los destinos que se les vayan a dar.
La pregunta es muy clara: ¿Qué hacer con los terrenos de la Vega cuando lleguen a estar a disposición de la ciudad? ¿Hasta cuándo, hasta dónde y hasta qué tendremos que esperar para conocer respuestas concretas?