>

Blogs

Luis Arias Argüelles-Meres

Panorama Vetustense

VÍSPERAS (Y ESTAMPAS) INVERNALES EN OVIEDO

Resultado de imagen de oviedo lloviendo INVIERNO

 

Digo ‘vísperas’ porque, oficialmente, aún no llegó el invierno. Pero lo cierto es que, al margen de eso, cuando la lluvia se vuelve incesante, cuando el viento que sopla es desapacible, cuando la mayor parte de los árboles se muestran desnudos y cadavéricos, cuando las bufandas afloran y los gestos de las gentes que deambulan por las calles muestran su no sé qué de desasosiego, cuando los paraguas sufren las embestidas de las rachas de viento que van y vienen, cuando el sol no encuentra resquicio alguno por donde asomarse, el marco y el cuadro que tenemos ante nosotros es el invierno con toda su crudeza. Los sentires y los pensares y, con ellos, los pesares, nos meten en una indeseada dinámica de mundo al revés, en el sentido de que nos damos cuenta de que hasta que oscurezca no llegará la calidez, bien en las calles, con su iluminación, bien dentro de los hogares, con esa ambientación que nos da calor y nos arrulla.

La vida en las calles, claro está, no se paraliza, no puede hacerlo, sino que sigue, que tiene que seguir. Todo ello, en medio de una estampa invernal, tanto en el paisaje como en el paisanaje.

Y, si de Oviedo hablamos, a la hora de reconocer estampas invernales siempre tengo como referencia el Paseo de los Álamos, con el agua de la lluvia que, a veces, llega a hacer regueros; con los paraguas andantes en todas direcciones, y no sólo andantes, sino también parados antes de que el semáforo de los peatones se ponga en verde; con las entradas y salidas al Campo de San Francisco, menos transitadas de lo habitual; con gente que espera por un taxi en la parada de la calle Toreno; con el tráfico atascado en la parte no peatonal de Uría, así como en sus calles adyacentes lo que, por lo común, da lugar a bocinazos.

Y es que podría decirse que la impaciencia de adueña de muchos conductores, frente a la indiferencia, persistencia e incluso pertinacia de la lluvia que no cesa.

Esas bocas de alcantarilla que, a veces, no pueden achicar los regueros de agua que a ellas llegan. Esas últimas hojas que se caen con el agua, la estacionalidad y las rachas de viento. Esos rostros de personas que apenas vemos, con sus embozos y otras protecciones.

Llueve en Vetusta, como escribió Aurora de Albornoz, en su poema dedicado a nuestra heroína, a nuestra Ana Ozores. Y uno piensa en los ríos subterráneos que tenemos bajo nuestros pies.

Llueve en Vetusta, y uno recuerda más que nunca aquel poema de Borges, donde decía que la lluvia es cosa del pasado, de un pasado que se hace presente, de todo un presente continuo.

Una lluvia invernal, aunque la estación no haya comenzado. Una lluvia tan nuestra, que nos cala, y no sólo en el cuerpo.

Temas

Blog de Luis Arias Argüelles-Meres

Sobre el autor

Luis Arias Argüelles-Meres es escritor y profesor de Lengua y Literatura en el IES "César Rodríguez", de Grao. Como columnista, publica sus artículos en EL COMERCIO sobre,actualidad, cultura, educación, Oviedo y Asturias. Es autor de los blogs: Desde el Bajo Narcea http://blogs.elcomercio.es/desde-el-bajo-narcea/ Desde la plaza del Carbayón http://blogs.elcomercio.es/panorama-vetustense/


diciembre 2019
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031