¿Y en qué fallamos nosotros? Sin duda, a la hora de no haber evitado el remate que supuso que el partido se pusiera en nuestra contra. Y, sobre todo, en esa zona que va desde el centro del campo hasta el área rival. Porque, tal y como vi el partido, el centro del campo azul cumplió Tanto Jimmy como Tejera estuvieron a la altura en esa zona. Pero, entre ellos y Ortuño, también entre ellos y Bárcenas, no hubo las asistencias necesarias para crear las ocasiones manifiestas de gol que se necesitan para ganar un partido, máxime ante un rival del empaque del Cádiz.

Ante el líder, Borja Sánchez no cuajó su mejor partido. Por otro lado, tengo la impresión de que, en algunos lances muy concretos, acaso Bárcenas haya pecado de individualismo, perdiendo la pelota en lugar de buscar al compañero que estuviese en una posición más favorable para hacer daño al Cádiz.

Lo dicho: ofendidos por una «indecisión» arbitral, si por tal se entiende no haber sancionado una agresión a todas luces merecedora de castigo. Pero el Oviedo no salió humillado, porque, en ningún momento, le faltó coraje e intensidad. Y, además, en general, sobre todo en la primera parte, no se hizo mal fútbol. Jimmy cuajó, a mi juicio, una buena actuación, y, por su lado, Tejera lanzó un disparo contundente y bien colocado que resolvió con mucho acierto el guardameta del equipo andaluz. No es una derrota que nos tenga que llevar a la desmoralización. Y hay que tener confianza en que podamos obtener un buen resultado en el Sardinero.