En este atípico mes de abril, no hay Feria de Libro en ninguna ciudad, ni siquiera la tendremos en mayo, tal y como estaba anunciada en Oviedo. En este atípico mes de abril de calles casi desiertas y de confinamiento, no sólo se echan en falta viandantes por la vía pública, sino también personas que se detienen ante los escaparates de las librerías que acostumbran a hacerlo sin prisa. Y no es que busquen rebajas y que suelen imaginarse también el momento de apertura del libro, cuando se vaya desplegando la trama, los poemas, los argumentos, los acontecimientos, y así un largo etc., según el ‘género’.
¿Cómo no recordar las lecturas públicas de ‘Don Quijote’? ¿Cómo no recordar las prisas por llegar a casa para enfrascarnos en ese libro recién comprado?