El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo se compromete a cumplir «escrupulosamente» la Ley de Memoria Democrática modificando los nombres de estas cuatro calles: General Yagüe, Yela Utrilla, Marcos Peña Royo y Fernández-Ladreda. Se trata, sin duda, de personajes significados en la dictadura, y, al margen de lo que dicte la legislación, no es de recibo que una democracia les rinda homenaje y reconocimiento público concediéndoles el honor de figurar en el callejero de una ciudad.
Todo este asunto viene de atrás, y tendría que haberse resuelto en los primeros años de democracia, tal y como se hizo en otras ciudades, pero no en Oviedo. De todos modos, los personajes referidos volvieron a formar parte del nomenclátor ovetense tras una sentencia del TSJA que, por lo visto, encontró defectos de forma en los cambios que hizo el anterior equipo de gobierno en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
En todo caso, es de esperar que, a partir de ahora, la situación se normalice y que desaparezcan para siempre del callejero personajes que se significaron muy claramente a favor de la dictadura. Y que el culebrón haya llegado a su fin.
En algún momento, escribí en esta misma columna acerca de Yela Utrilla o del General Yagüe. Desde luego, sus biografías son inequívocas en lo que se refiere a las trayectorias que siguieron en sus actuaciones públicas.
Sea como sea, esperemos que, en efecto, el Consistorio ovetense cumpla escrupulosamente la ley y no fuerce al gobierno autonómico a tener que intervenir sobre el particular.
Hora va siendo ya de que Oviedo deje de ser una excepción en lo que se refiere a su nomenclátor.