Hasta Vox, que aprobó el plan de reactivación económica y social para el Ayuntamiento de Oviedo, criticó la falta de diálogo del equipo de gobierno. Por su parte, Somos y el PSOE fueron más críticos y, sobre todo, incidieron en la falta de diálogo y de ambición del mencionado plan.
Lo cierto es que este periodo en el que la pandemia viene haciendo tanto daño al conjunto de la ciudadanía, sin reparar en cuestiones ideológicas, no ha servido para calmar la crispación política en general y, en particular, en el Ayuntamiento de Oviedo. Y, como escribí en más de una ocasión, es una pena que ni siquiera se haya llegado a un acuerdo de mínimos entre los grupos políticos municipales, acuerdo de mínimos que no sólo pondría de manifiesto una voluntad política en la que el interés general prevaleciese, sino que además daría buena cuenta de un espíritu constructivo que en conjunto no existe.
La realidad es que el referido plan está ahí y ya iremos viendo qué resultados deja en beneficio de la ciudadanía. Pero tendría mucho más valor si se hubiese consensuado al menos en parte. Y le hubiese correspondido al gobierno bipartito buscar esos acuerdos antes de someter a votación la batería de medidas que se decidieron.
No sólo es escuchar a la sociedad civil, sino también darle protagonismo.