CARRILES BICI EN OVIEDO
¿Para ‘generar debate en la sociedad’, lo adecuado fue pintar esos carriles bici, para suprimirlos en muy poco tiempo?
¿Lo lógico no hubiera sido, de entrada, plantear con claridad qué estudios técnicos hay detrás de esa iniciativa, en el supuesto de que existan? Y, si no hay nada, más allá de la última ocurrencia de la autoridad local de turno, ¿nadie es consciente de que se ha malgastado inútilmente dinero público?
Nadie pone en duda que en todas las ciudades deben habilitarse carriles bici, que se trata de una forma saludable y ecológica de transitar los espacios urbanos y que cada vez es mayor el número de personas residentes que no sólo están concienciadas en este sentido, sino que además tienen la voluntad de desplazarse en bicicleta en sus trabajos y en sus días.
Siendo conscientes de que Oviedo presenta por su orografía dificultades para ser transitada en bicicleta, hay espacios en los que esas inconveniencias son menores y, sobre todo, hay ciudadanos y ciudadanas que no renuncian a hacer sus recorridos en tan entrañable y saludable vehículo de dos ruedas.
Aquí, obviamente, no se discute que se haya carriles bici, sino la forma en que el Ayuntamiento ha actuado al respecto. Lo dicho: ¿Tan difícil hubiera sido dialogar al respecto con todos los grupos? ¿Se aburre nuestro equipo de gobierno?
El pasado domingo, Leopoldo Tolivar publicó en EL COMERCIO un sensato y excelente artículo al respecto, cuyos criterios asumo al cien por cien. Pero, a lo largo de esta semana, la polémica continúa. Y me parece necesario e imprescindible demandar rigor y seriedad.
Determinados comportamientos no sólo pueden resultar bochornosos a sus autores, sino también, en no pequeña medida, a la ciudadanía que representan.
Y, no sé, viendo las imágenes de estos días, me dio por pensar que el espíritu de Rufo sentía estupefacción al ver dónde y cómo estaba el carril de marras en la calle en la que se le recuerda artísticamente.