Cuando el ministro Ábalos visitó Asturias, siendo recibido como míster Marshall, hizo una serie de promesas. Es muy posible que no tendrá la oportunidad de incumplir parte de ellas a resultas del adelanto electoral, pues los plazos, lógicamente, iban mucho más allá en el tiempo que el 28 de abril que, según se mire, ahí está a la vuelta de la esquina.
Como se sabe, entre los compromisos adquiridos en Asturias, a Oviedo le tocaba su parte. Entre ellos figuraba la recuperación de los 122.000 metros cuadrados de la vieja fábrica de armas de La Vega. No está nada claro que haya tiempo para que esta recuperación pueda ser llevada a efecto antes de que tenga lugar la cita con las urnas.
Como se sabe, las negociaciones con el Ministerio de Defensa para que Oviedo pueda recuperar este espacio ocuparon gran parte de la agenda política del Ayuntamiento en la presente mandato. Primero, se intentó negociar con Cospedal que, de algún modo, ejerció de dama de hierro en este asunto, y, más tarde, tras la moción de censura, el nuevo Gobierno de España se mostró más receptivo sobre el particular, al tiempo que fue menos exigente en las contraprestaciones que para ello exigiría. Claro, todo esto sobre el plano meramente teórico.
Lo que le toca ahora al Ayuntamiento, tal y como acaba de poner de manifiesto la vicealcaldesa Ana Taboada, es pedir día y hora al Gobierno de España con el firme propósito de agilizar el proceso negociador para que esa recuperación de los terrenos de la Vega sea realmente efectiva.
Desde luego, las cosas están muy difíciles y el margen de tiempo tampoco ayuda, pero no se puede tirar la toalla sin haber luchado por ello hasta el último segundo del actual mandato, toca luchar denodadamente por conseguirlo, pues se trata no sólo de algo muy importante para la ciudad, sino que también sería todo un logro para el actual equipo de gobierno.
Como se sabe, este mandato estuvo marcada por toda una serie de limitaciones en lo presupuestario y en lo burocrático que cercenaron la acción del Gobierno municipal. Y lo que tocaba no era llevar a cabo grandes proyectos, pues eso no era posible, pero sí sentar las bases del futuro de la ciudad que pasa, entre otras cosas, por la recuperación de los terrenos de los que venimos hablando.
Bueno sería que, de entrada, hubiera un acuerdo unánime en el tripartito para acelerar las negociaciones con el Gobierno de España acerca de este asunto.