Movilización y dispersión
El batacazo del PP es memorable, mientras que la victoria de Sánchez supone un tremendo desquite no solo frente a la derecha que lo convirtió en la encarnación misma del Maligno, sino también frente a los otrora barones de su propio partido que en su momento lo defenestraron por negarse a facilitar el Gobierno a Rajoy.
Por su lado, Vox no logró un resultado tan espectacular como esperaban. Y Unidas Podemos, aun confirmando las previsiones que vaticinaban que sufriría un severo correctivo de su electorado, no se vino tan abajo y está en condiciones de pactar un futuro Gobierno con el PSOE al que habrá que sumar otros apoyos para que la suma salga.
Los resultados electorales del 28 de abril muestran muy a las claras que, por una parte, el electorado de izquierdas se movilizó ante el temor a una repetición de lo que sucedió el pasado diciembre en Andalucía, mientras que, por otro lado, la derecha se dispersó en tres partidos, algo que el sistema electoral castiga, y no poco.
En lo que a Asturias se refiere, los resultados están en la misma órbita que los estatales y se pone de manifiesto también cómo cambiaron las tornas en el sentido de que la coalición PP/Foro obtiene un solo diputado, igual que Vox y que Unidas Podemos, mientras que el PSOE cosechó tres escaños.
Ganó la izquierda por esa movilización de su electorado al temor de una mayoría en la que Vox pudiese tener su protagonismo, porque ha habido no pocos votos al PSOE que se hicieron a resultas de una situación excepcional, pues, de no ser así, muchas personas que los votaron se habrían abstenido o hubieran apostado por otras formaciones políticas.
Por delante queda el periodo de negociaciones, que no necesitarán por parte del PSOE a todo el soberanismo catalán. Y también esta por ver qué hará el señor Casado tras esta hecatombe. Puede que no fuese tan buena idea escorarse tanto hacia la derecha más carpetovetónica. Sea como sea, lo decisivo fue el voto de la izquierda que se movilizó, incluido el voto de mucha gente desencantada que quiso evitar un tripartito de derechas.