Llegó al fin esa victoria que tanto se nos vino resistiendo desde el inicio mismo de la liga. Llegó, como era de esperar, sin clamorosos fallos defensivos. No es que tuviésemos la suerte de nuestro lado en Tenerife, la misma que se negó a acompañarnos en partidos anteriores, sino que, por un lado, el rival no estuvo muy acertado a la hora de culminar sus jugadas de ataque, que, sobre todo, en la segunda parte, fueron innumerables, y, por otra parte, salvo algún despiste en las bandas que no pudo costar caro, la defensa del Oviedo, cuando más falta hacía, estuvo sólida. En este sentido, merece una mención especial Carlos Hernández, que, en el choque anterior contra el Zaragoza, tampoco desilusionó.
En otro orden de cosas, fue el partido de los grandes cambios. Resultó sorprendente que un jugador como Omar Ramos, que había estado apartado de la mayor parte de las convocatorias, saliese de titular. No es que cuajase, ni mucho menos, una actuación espectacular, pero sí estuvo centrado y mostró, sobre todo, espíritu de lucha, sin perder de vista que suyo fue el pase a Bárcenas cuyo gol nos dio la primera victoria de esta liga que tanto se nos vino complicando. El pase de Omar Ramos demostró la calidad de este futbolista que, si las cosas no se le tuercen, nos podrá aportar mucho.
En este mismo apartado, el de la alineación tan inesperada, tras el partido que hizo ante el Zaragoza, confieso que me sorprendió la ausencia de Jimmy. Pero también es cierto que no fue menos sorprendente que Berjón no fuese titular, cuando fue el delantero que se echó el equipo a sus espaldas frente al conjunto maño.
De todos modos, los cambios, todo lo insospechados que queramos, fueron acertados, si nos atenemos al hecho de que, por fin, anotamos la primera victoria del campeonato.
Sin echar las campanas al vuelo, sin dejar de ver carencias e imprecisiones, sobre todo, a la hora de habilitar pases, lo cierto es que el Oviedo jugó un partido serio, un partido práctico, tanto en la primera parte, cuando el equipo estuvo bien situado, como en el segundo tiempo, a la hora de mostrar una línea defensiva que estuvo en su sitio y que cumplió con su tarea.
Y, a propósito de la defensa, hay que destacar también a Sangalli, que se movió por todo el campo con un espíritu de lucha digno de elogio, y también a Bárcenas, quien no sólo supo desmarcarse bien en la jugada del gol que el propio panameño transformó, sino que además también recorrió mucho campo.
Esperemos que la victoria suponga esa inyección de moral que tanto veníamos necesitando para que el conjunto carbayón se consolide como lo que tiene que ser: un equipo solvente y competitivo.