Leo en EL COMERCIO que la junta de portavoces del Ayuntamiento de Oviedo se comunicó, virtualmente, en medio del actual estado de alarma. El alcalde, Alfredo Canteli, se muestra satisfecho tras ese encuentro que, según dijo, estuvo marcado por el afán común de buscar lo mejor para Oviedo.
Por su lado, el líder del principal grupo de la oposición, Wenceslao López, manifiesta que en estos momentos lo que toca es un espíritu de colaboración. Por su lado, Ana Taboada puso de manifiesto que no se abordaron algunas cuestiones que su grupo considera urgentes.
Más allá de las generalidades, lo deseable sería que estas reuniones continuasen con el objetivo de concretar las medidas que el Ayuntamiento debe adoptar para prestar su apoyo de forma explícita y real a quienes más están sufriendo.
Por lo que colijo, este encuentro virtual no va más allá de una declaración de intenciones que exige continuidad para que se concreten acuerdos que, en la medida de lo posible, alivien el dolor que sufre la ciudadanía en su conjunto y, en especial, las personas más vulnerables.
Bien estaría que se escenificase una voluntad unánime en busca de los acuerdos necesarios, aunque no podemos perder de vista que los desencuentros siguen ahí. Desencuentros por unas subvenciones que decidió el equipo de gobierno sin contar con el criterio del resto de los grupos municipales. Y este es un solo un ejemplo de otros muchos que se podrían poner.
En un momento como este, tan dramático y doloroso, sería fantástico que se viese una altura de miras más necesaria que nunca, altura de miras que tendría que empezar por quienes gobiernan la ciudad de Oviedo.