De Pleno en Pleno: Demasiados números
Una vez más, asistimos al espectáculo de un inacabable rifirrafe entre Rubén Rosón y Eduardo Rodríguez. La defensa que Rosón hace de unos presupuestos con una sensibilidad social impensable si gobernase el PP, frente a las dificultades con las que topan los susodichos en el ámbito autonómico. Para el edil de Somos, de lo que se trata es de atender a las necesidades de los más necesitados por encima de los techos de gasto que marcó en su momento el Gobierno de Rajoy, mientras que el concejal conservador considera que se han hecho mal las cosas y que, hasta el momento, las inversiones que se llevaron a cabo están muy por debajo de lo que asegura su antagonista. Una vez más, se repiten los argumentos, puesto que no sólo se esgrimieron en anteriores Plenos por ambas partes, sino que además en las réplicas del martes ambos ediles se repetían continuamente. Dentro de unos meses, el electorado carbayón se pronunciará al respecto.
Demasiados números, digo, no sólo en las cifras que repetían el uno y el otro, sino también en otros asuntos ajenos a la aritmética y a la contabilidad. Me refiero a la confusión y al mal ambiente que se creó a resultas de la intervención del edil Villacampa en la que planteó que se buscaba amparo legal para que el Ayuntamiento de Oviedo pudiese indemnizar a la familia del bombero Eloy Palacio, que, como se recuerda, falleció cuando se sumó a su compañeros, a pesar de que no estaba de servicio, que estaban intentando extinguir el incendio de la calle Uría en abril de 2016.
Por una parte, las grupos de la oposición no habían recibido tal informe. A esto hay que añadir que en su momento esto mismo se había pedido por parte de los grupos de oposición.
Al final, se decidió que el asunto ‘siguiese sobre la mesa’ y que sería abordado en el próximo Pleno. Desde luego, hubiese sido deseable que no se produjese semejante situación, pues cabe suponer que se trata de algo en lo que la totalidad de los grupos municipales deben estar de acuerdo a la hora de auxiliar a la familia de un bombero que tuvo un comportamiento ejemplar, incluso heroico.
Demasiados números, digo, no sólo los propiamente aritméticos, sino también los que tienen que ver con espectáculos que sobran, con asuntos sobre los que sólo cabe el acuerdo.
Y, hablando de los primeros, bien es verdad que conviene recordar que nos encontramos con un ayuntamiento hipotecado por unos despilfarros que no buscaban precisamente ayudar a los colectivos más vulnerables, sino que fueron consecuencia de una megalomanía faraónica. Y, cuando se actuó de aquella forma, no decían estar colisionando con techos de gasto ni con trabas burocráticas.