Abran sus ojos bien, enarquen sus cejas y lean esto despacio, pónganse en situación e inventen soluciones. Niño de ocho años, hijo de padres separados que vive con la madre a la que cuando le entra la vena amenaza, pega, pellizca, empuja, le pega puñetazos en la espalda cuando está descuidada e insulta siendo “h.de p.” el insulto más suave y a quien la madre no se atreve a dar dos bofetadas porque la ley se lo prohíbe y si el hijo se queja y lo denuncia le puede caer el pelo o retirarle la autoridad la custodia del hijo. Si se le manda a cenar o comer a veces se resiste o, a veces se levanta de la mesa o se pone a jugar con la comida.
No quiere sentarse a comer con la madre y quiere comer sólo a ser posible, sobre todo galletas. No quiere hacer deberes y cuando le da la ventolera azota los juguetes, los aplasta o los rompe. Exige que le compren lo que quiere y lo que se le antoja y si no se lo compran monta el número o monta una perreta que pone a los vecinos más que en guardia. Su negativa a cualquier orden es tajante. A la hora de ir a la cama monta también el número pues quiere ver la tele, como lo hace su madre, una madre aburrida de aguantar esta situación y unos abuelos maternos superados también por este panorama.
Esta historia es real como la vida misma, sin cosas inventadas, es la historia actual de un niño, con nombres y apellidos, no inventado, que tiene acobardada a la familia y como él va habiendo muchos maltratadores de sus padres. ¿Qué haría usted si después de haberle ofrecido ayuda profesional no quiere cambiar en absoluto? ¿Se le debe dar todo lo que pide, siendo ya un insaciable como es y teniendo de todo? ¿Le deben consentir que coma a su manera, cuando le apetezca, sólo, lo que le gusta y, sobre todo galletas? ¿Se le ha de permitir que se levante cuando quiera de la mesa o juegue con la comida? ¿Se le debe explicar que no se pega a mamá y el por qué, mientras este la emprende a golpes o patadas contra ella o se le debe dar un bofetón o un pellizco en reciprocidad a sus patadas? ¿Qué haría usted si el niño le pegara? ¿Se le habrá de comprar lo que pide con tal de que no haya guerra, gritos desgarradores o insultos? ¿Qué va a ser de esa madre? ¿No decían algunos blogueros que no doy lugar a la polémica? Aquí va una ración muy generosa y bien servida.
Recuerden, tiene ocho años. Pónganse a discutir, piensen y estudien soluciones, discutan, imaginen. Hagan sus apuestas, hagan juego, señoras y señores, la partida está abierta.