Se oye decir, cuando se observan fallos estructurales y funcionales en la sociedad, que hace falta invertir en educación para que el país sea productivo pero tengo serias dudas de que se sepa bien todo lo que hay que hacer, de que se tengan ideas claras de en qué hay que educar a nuestros ciudadanos. Educar es saber qué hay que enseñar para que el educando lo aprenda, lo practique y lo aplique profesional y personalmente.
La experiencia nos dice que al menos en el caso de la educación familiar muchos padres no saben qué tienen que enseñar y cómo a sus retoños. No pretendo extractar en unas líneas un tratado de educación sino ofrecer varios interrogantes sobre la educación en la familia. Lo mejor es saber qué quieren los padres conseguir que sean sus hijos de mayores o adultos y empezar a aplicarlo desde que son pequeños. ¿Quieren los padres conseguir que sus hijos sean capaces de valerse por si mismos? Entonces ¿por qué hacerles lo que pueden hacer ellos solitos? ¿Quieren que sean capaces de esperar a cobrar a fin de mes para pagar sus gastos? Entonces ¿Por qué darles de inmediato y cuando abren la boca, todo aquello que piden y más de lo que necesitan? ¿Quieren conseguir que se hagan responsables de sus actos sin que tengan que estar encima de ellos? Entonces ¿por qué repetirles las cosas veinte veces? ¿Quieren que respeten a las autoridades? Entonces ¿por qué desautorizar a un profesor delante de ellos?
¿Quieren que sepan alimentarse y coman de todos los nutrientes para mantener su salud y su cuerpo lo más sano posible? Entonces ¿por qué hacerles sólo lo que les gusta o cambiar de comida si protestan? ¿Quieren que se esfuercen para que sean pagados en justa proporción a su trabajo? Entonces ¿por qué no obligarles al esfuerzo diario antes de recibir satisfacciones y privilegios varios, en lugar de darles las cosas, como dice el latín, gratis et amore? ¿Desean que de mayores tomen la iniciativa y tomen decisiones en lugar de ir a remolque de los demás y de las circunstancias? Entonces ¿por qué decidir siempre por ellos e impedirles que tomen ciertas iniciativas en algunos aspectos de su vida? Y finalmente, ¿quieren que sean capaces de pensar valorando las consecuencias de sus actos? Entonces porqué no enseñarles a hacerlo de esa forma en pequeños asuntos de sus vidas?
Si hay que educar, lo mejor será empezar cuando el niño es dúctil, como el árbol pequeño. Parece algo más fácil.