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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

EL LAUREL Y EL CASTAÑO

Hace ya varios años planté junto a mi casa un castaño a unos cinco metros de un viejo laurel, frondoso y muy crecido, y he observado con asombro que el castaño ha crecido pero con el tronco inclinado, obligado por la sombra del laurel y como queriéndose aparatar de él para que no le impida desarrollar sus ramas en otra dirección, o sea, que no por ello ha parado su crecimiento ni le ha desalentado la sombra del laurel. ¡Qué sabio es el castaño! se pudiera pensar a diferencia de esos seres humanos que han nacido al lado de un hermano más inteligente, exitoso y dotado que ellos y que optan por empequeñecerse a su lado.

Digo que el arbolito es más inteligente (perdóneseme el antropomorfismo) que algún ser humano, porque conozco a personas que han vivido en familias en las que al ver a su hermano más dotado que ellas, en lugar de crecer como el castaño en otra dirección y desarrollarse a su modo, se acomplejan, al sentir esa presencia del hermano como una rémora, un obstáculo para su desarrollo y se repliegan, se encogen y frenan su expansión contraviniendo sus deseos. Se lamentan, bien porque se perciben con un menor talento o bien porque sus padres les comparan y les han comparado con la estrella del hermano o del primo, en lugar de dejarle que viva su vida y tenga su propio ritmo evolutivo.

Vivir bajo la sombra apabullante del triunfador sirve de poco para la eclosión personal, la superación de uno mismo y la explotación de los propios talentos. Hay que ignorar esas comparaciones, centrarse en uno mismo y explotar las capacidades que uno tiene y que no tienen que ser las del brillante hermano con quien se le compara. Cada cual tiene su propia vida y debe rendir cuentas ante si mismo de su velocidad de optimización y de mejora. De compararse hacerlo con uno mismo en épocas pasadas para ver con satisfacción que es mejor de lo que era años o meses antes. Tener clara la propia dirección y meta de su evolución y perseguirlas es indispensable.

Tener la inteligencia y el interés de crecer y expandirse en la dirección que le convenga al comparado y seguir echando brotes para, al cabo de algún tiempo, acabar con la sensación de desarrollo pleno, como el castaño mencionado, es estupendo. No hacer caso de las odiosas comparaciones y aunque la sombra del modelo les persiga, no sentirse jamás acomplejados. Cada cual puede brillar a su manera y tener sus propios logros personales.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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