>

Blogs

Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

ESTABLECER LAS REGLAS DEL JUEGO

Si constituímos una sociedad acordamos cuales serán las reglas de funcionamiento de la misma para que todo el mundo sepa a qué atenerse. Si vamos a hacer una operación con el banco ya nos leen de antemano las condiciones y las normas aplicables para saber desde ese instante qué debe hacer el banco y qué nosotros. En muchos aspectos de la vida que implican relaciones personales se suelen señalar las condiciones, normas y requisitos para que tales relaciones evolucionen normalmente y así y todo siempre surgen malentendidos y conflictos.

Sin embargo, ¡qué curioso y qué contradictorio! Cuando dos que se quieren deciden formar una sociedad bien sea en matrimonio o en pareja de hecho casi nunca se sientan previamente y antes de convivir para fijar cuales serán las reglas del juego a las que ambos se han de someter, acordar y respetar a partir de ese instante. No acuerdan qué responsabilidades asumirá cada uno, qué régimen económico seguirán, cómo se relacionarán con las familias respectivas, si van a tener hijos o no y qué tipo de educación pretenden darles. No acuerdan cómo repartirán el tiempo libre, qué espacios tendrá cada uno de ellos y cuando y qué espacios o tiempos compartirán, cómo y donde vivirán y qué harán en caso de conflicto en estas áreas. Quizás piensan que no hay necesidad. Simplemente llevados por el amor, la atracción, la rutina, la corriente de la vida o las exigencias del trabajo se embarcan en la convivencia y luego ¿qué sucede?

Que pasado algún tiempo surgen conflictos que no se habían previsto y los resuelven a base de discusiones o de voces, de riñas y de enfados. Que se empiezan a hacer interpretaciones personales subjetivas sin contrastarlas ni hablarlas con sosiego y con calma y la temperatura de las acusaciones va en aumento y se puede acabar tirando por la borda el cariño que dicen que se tienen y el amor que parecía iba a ser duradero. Empiezan a vivir juntos y a afrontar las cosas como vienen o según el estado de ánimo en el que se encuentren. Y así sucede luego lo que todos sabemos, hoy tan frecuentemente.

¿No es el vivir en pareja o el matrimonio una sociedad de dos? Entonces ¿por qué no aplicar los principios y las normas que se aplican en toda sociedad? Si se quiere tal como van las cosas mejorar la convivencia de pareja y familiar no queda más remedio que acordar de antemano el régimen que los dos se van a conceder y esforzarse en cumplirlos. Y así y todo…habrá muchos problemas.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


enero 2010
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031