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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

PARADOJAS HUMANAS

Se define al ser humano como animal racional pero con más frecuencia de la deseable este actúa como si fuese irracional. Por ejemplo, cuando quedamos enganchados o colgados de alguien que, de entrada, nos ofrece atención y cariño con riesgo de que esa relación se vaya complicando y luego descubramos que esa relación nos resulta nociva, inconveniente e insana por habernos precipitado en formalizarla. Aunque puede sucederle a cualquiera hay un perfil de personas a quien suele afectar más necesidad de emparejarse y por tanto perder los papeles con más probabilidad.

Me refiero a mujeres que tienen más de treinta años y sobre todo si están cerca de los cuarenta y aún no tienen hijos. Les da por pensar que van a quedar solas. Y si sus amigas están casadas y con hijos les entra más desesperación e impaciencia y se vuelven proclives a buscarse contactos y, sin pensarlo bien, pueden embarcarse en una relación un tanto arriesgada y luego darse cuenta de que habría sido mejor esperar y darse tiempo a evaluar la relación establecida.

No conviene lanzarse precipitada e impulsivamente sino pensar que nada más conocerse no se debería abrir de par en par la puerta del corazón y de la casa por si la relación resultase inviable. Las relaciones personales en general y las emocionales en particular requieren de cuidado y ciertas precauciones antes de proceder a formalizarlas. Requieren autoevaluación y evaluación del proceso para poder calibrar la conveniencia y procedencia de la misma, mirando el medio y largo plazo, sobre todo. A corto plazo o en plan aventurilla pasajera de unas horas es distinto.

Muchos hay que lloran después por no haberse parado y usado la razón cuando lo que se hallaba en juego no era un momento de sabrosa apetencia sino una convivencia desgraciada. Sabemos que la emoción manda en nosotros por regla general pero tratándose de relaciones emocionales, en especial, es preciso contrarrestar o neutralizar la carga emocional, ya de por si elevada, con algo de racionalidad que simplemente consiste en pensar, en sopesar los pros y contras y las posibles consecuencias de un acto o decisión de tal naturaleza.

Si las hipotecas de los bancos hay que estudiarlas bien, con más razón aún debe uno tener prudencia al hipotecar su vida emocional.

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Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


diciembre 2010
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