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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

FALLOS DE MEMORIA

Si usted ha cumplido los cincuenta y comienza a sentir que tiene fallos leves de memoria, que se le olvida fácilmente dónde puso las llaves, el móvil o que en lugar de poner en el cepillo la pasta dentífrica de repente se ve queriendo poner en él la crema protectora solar no comience a preocuparse ni angustiarse por si cree que el Alzheimer está llamando prematuramente a su cerebro. La inmensa mayoría de las ocasiones son fallos de memoria debidos más a la falta de concentración y atención que a que se haya iniciado un proceso de demencia.

Y si eso ocurre a los sesenta tampoco hay que angustiarse, pues, ordinariamente, se trata de un déficit de memoria asociado al envejecimiento. Estamos tan ajetreados y ocupados en tantas y distintas labores, estamos a veces tan preocupados por distintos problemas y estamos tan estresados que estos estados actúan como distractores de la atención y ello repercute en la memoria inmediata o a corto plazo. Por tanto antes de preocuparse tan angustiosamente lo que se debe hacer es procurar durante unas semanas hacer un esfuerzo mayor en concentrarse en lo que hacemos en cada momento, en prestar la mayor atención posible y ese solo hecho servirá para constatar que muchos de los fallos de memoria se corrigen sobre la marcha de esa forma.

De no ser así y persistir esos fallos y otros parecidos habría que consultar a su médico quien le asesorará del alcance de los mismos. En el supuesto de que el deterioro cognitivo o de memoria fuese más importante y pusiese en la pista del anuncio de una posible demencia nos conviene saber que las demencias son tratables incluso en el supuesto de que alguna fuese irreversible e incurable. El Alzheimer se ha hecho tan popular por sus maléficos efectos que no nos ha de extrañar que enseguida que uno nota deterioro en la memoria pensemos en lo peor en nuestro caso.

No hay que ponerse nerviosos pues, de ordinario, con un entrenamiento personal o de la mano de un experto los progresos suelen ser muy notorios e inmediatos. Incluso en esos casos solemos echar mano de los antecedentes genéticos y tender a pensar que si en nuestra familia hubo casos de demencia es que la mala suerte nos ha tocado irremisiblemente a nosotros, lo que tampoco es cierto. Lo mejor, en el plano preventivo, es vivir dia a dia con interés por concentrarnos en aquello que hacemos, que vemos, que escuchamos y tratar de llevar cuenta y conciencia de ello. Con este entrenamiento, solamente, basta para quitarnos mucha angustia. Y aliviarnos.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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