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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

PARANOIAS

 

No encuentro metáfora mejor para describir a las personas
“mal tomadas” como les llamamos en Asturias que la de los mosquitos y su afán
por los focos de luz en especial en el verano. ¿Te has dado cuenta con qué
interés y fuerza acuden los mosquitos a la luz? Son capaces de perecer pegados
al cristal de la bombilla o el foco en su obsesión por acercarse. El “mal
tomado” o al que le da por pensar mal de la gente a raíz de una mirada, de una
acción involuntaria del transeúnte o del otro o a raíz de cualquier comentario
intrascendente, el mal tomado, digo, desde el momento en que esa idea fija
negativa sobre el otro se instala en su conciencia tarda en abandonarla y
alguno no la abandona hasta que su afán de desquite o de venganza no se apaga.
El mal tomado o en cierta medida paranoico  es capaz de vivir pegado a esa idea fija, a
esa mala impresión que le han  causado, a
esa obsesión por pensar mal del otro o por tramar la forma de responder con
envidia, con rabia, con odio o con desquite a su construcción mental. Que las
hadas nos libren de caer en sus garras y de darles motivo, sin  querer, de obsesionarse con nosotros. Y
créame que abundan en nuestras calles y en las casas. Nada podemos hacer por
evitar que piensen mal de nosotros, pero sí tener cuidado de no alimentar su
obsesión una vez que descubrimos que albergan en su mente y en su corazón
algunas sensaciones negativas sobre nuestra persona. Los que no son agresivos
se pueden tolerar y soportar, aunque difícilmente, si vivimos con ellos. Pero
si además coincide que son agresivos lo mejor es huir de ellos como quien huye
de la peste o ver siempre la forma de no entrar en confrontación con ellos ni
discutir y menos acusarlos de porque entonces se encienden con más facilidad y
con más fuerza. Son dañinos no sólo para sí porque su sufrimiento es elevado
sino para quien les soporta. Como son negativos están siempre a la caza de
detalles que para otros pasan desapercibidos pero ellos les buscan y encuentran
el lado negativo que justifique la rabia que sienten hacia su víctima. Por eso
es importante cuidar nuestro lenguaje y las acciones para evitar en lo posible
que esa gente se quede enganchada de nosotros, porque la persecución a la que
nos someterán será considerable. ¿Son enfermos mentales? En cierto modo sí
porque buscan complicaciones donde por lo general no las hay. En este caso lo
que importa es librarse de que queden pegados a nosotros como el mosquito al
foco.  Hay que evitarlo en lo posible.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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