Acabo de ver un programa de televisión que muestra la situación actual del mercado de trabajo y cómo para muchos trabajos se presentan centenares o miles de personas y en la mayor parte de las demandas a lo que hacen caso, sobre todo, no es al título exhibido, siendo este, a veces, un obstáculo para conseguir el trabajo. Apena ver tanto esfuerzo empleado durante tantos años de educación para que luego no valoren el diploma en muchos casos. Apena ver tantos y tantos miles de alumnos y de personas que ponen la mayor parte de su interés en aprobar para obtenerlo y ver al tiempo cómo el sistema educativo está tan lejos de entrenar paralelamente a los alumnos en la obtención de otras habilidades necesarias para lograr trabajo y mantenerlo . Se emplean recursos ingentes tanto humanos como técnicos en enseñar los contenidos del título a obtener y muy escasos en entrenar a nuestros ciudadanos a ser resolutivos y saber adaptarse a cualquier tipo de tarea, cuando el caso lo requiere, es decir en adaptarse a cualquier cambio . La educación tanto familiar como escolar debería insistir en hacer de los hijos y alumnos personas capaces de afrontar por si mismos cualquier problema o situación que se presente y de reaccionar adaptativa y creativamente ante las diferentes situaciones nuevas por las que atraviese. Sin embargo se observa en muchos padres la tendencia, tan bien intencionada como errónea, de darle todo tipo de facilidades en cuanto abren su boca para pedir satisfacciones o en cuanto esos hijos tienen que enfrentarse a situaciones propias de cada etapa, como hacer su matrícula o un viaje, hacer solicitudes de prestaciones varias o de elegir diferentes opciones en su camino vital, siendo esto unos pocos ejemplos. Cuando llegas a un puesto de trabajo no te suelen pedir especialmente qué diploma obtuviste sino que debes demostrar que eres capaz de hacer una tarea sin arrugarte sino resolutivamente para mostrarte competente. Sólo puedes convencer al empleador de que vales si estás previamente entrenado en resolver problemas, en ser versátil, adaptativo y creativo, en convencerle de que eres capaz. Tampoco se ve a las autoridades educativas empeñadas en adaptar la formación profesional a las habilidades que demanda el mercado de trabajo. Esas habilidades son las que determinan qué titulaciones deben establecerse. No sé, la verdad, a qué se espera.