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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

¿A QUÉ HORA VUELVO?

La semana pasada me quejaba en el blog de que los padres no puedan castigar razonablemente a sus hijos pudiendo resultar detenidos, si el hijo les denuncia por no dejarles salir en el fin de semana. Sin embargo quisiera precisar algo sobre el tema de salir y la hora de regreso, sumamente importante para los adolescentes. De los problemas que los adolescentes pueden presentar,  el de las salidas se presta a
grandes conflictos cuando se prohíbe o limita seriamente, porque los padres  temen que sus hijos, si salen de noche hasta muy tarde,  no sepan comportarse ni auto controlarse. Temen que puedan beber más de la cuenta o consumir sustancias que les
perjudiquen mucho o meterse en problemas. No les falta razón pero creo que hay
que poner un poco de racionalidad en este asunto. Siendo el salir con sus  amigos y volver lo más tarde posible, lo que más desean los adolescentes, como  es esperable, los padres deberían guardar un equilibrio permanente para no  quedarse cortos ni tampoco pasarse. Hay padres tan temerosos de lo que sus  hijos pueden hacer si salen mucho tiempo que suelen quedarse muy cortos y los  hay que se pasan de largos dejando que sus hijos vuelvan a altas horas de la  madrugada sin ejercer un adecuado control. Los dos extremos son un inconveniente.  Recortar demasiado el tiempo puede conducir serios enfrentamientos porque los  chicos quieren más libertad, una libertad razonable. Y ser demasiado permisivos  conduce a que el adolescente crea que puede salir el tiempo que le plazca y no  les recorten  el tiempo del que sus amigos disfrutan (siendo este su argumento recurrente). ¿Qué es demasiado corto? Aunque no hay una línea estrecha divisoria lo lógico será que a un chico o chica de unos 16 años no le hagan volver un viernes o un sábado a las nueve o nueve y media de la noche. Parece poco tiempo y pueden alargarlo hasta las once en primavera o doce en el verano, siendo algunas fiestas una ocasión especial para alargarlo un poco más.  No sería conveniente dejarles volver  bien entrada la madrugada. Por tanto se debe mantener un estira y afloja y en función del  comportamiento del adolescente y su estado cuando regrese a casa, deberían ser  algo generosos si el comportamiento es estupendo y algo más restrictivos si el  chico o la chica no sabe controlarse. Pero tampoco conviene castigarles sin  salir, siendo esto para ellos tan importante, salvo en casos de gravedad o para  evitar males mayores y no castigarles varios fines de semana porque puede haber  graves enfrentamientos e incluso escapadas del hogar  que luego los padres no saben manejar. Castigar sin salir es una opción remota, salvo  excepción por falta grave y es exponerse a que desobedezcan y en ese caso  ¿qué se podría hacer  sin complicar aún más las cosas?

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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