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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

LA EPIDEMIA DEL TDA

Sí, amigos, este trastorno se está convirtiendo en una auténtica epidemia en parte promovido por las multinacionales de farmacia que producen y explotan los medicamentos para combatirlos, como Rubifén, Ritalin o Concerta y en parte por la exigencia de los padres y profesores que no saben cómo hacer para que los niños permanezcan atentos en las clases. Los laboratorios los presentan como el remedio para que el Trastorno por Déficit de Atención se reduzca y los niños aumenten su atención en clase y no perturben su desarrollo. Si hace años los pediatras eran reacios a recetarlos, ahora tienden a hacerlo con gran facilidad. Decía que este trastorno adquiere caracteres de epidemia que tiene preocupados a muchas familias del país y que ven en estos medicamentos un remedio para atajar el mal. En efecto estos medicamentos tranquilizan en parte a esos alumnos, aunque no nos paramos a pensar demasiado en los efectos secundarios adversos que presentan. En esta sociedad acostumbrada ya a la medicalización de casi todas las molestias, no es de extrañar que utilicen en estos casos para centrar la atención de los chicos y de paso reducir en parte su exceso de actividad motriz. No estoy del todo en contra de esta práctica, pero se va extendiendo casi como único remedio, cuando, como dice el refrán, no se le puede pedir al olmo que de peras. Para no llegar a padecer ese trastorno muchos padres lo que tendrían que hacer es acostumbrar ya desde muy pequeños a sus hijos a trabajar la atención y la concentración en sus interacciones diarias. Deberían acostumbrar a sus hijos a que al hablarles les miren a los ojos y consigan que ellos les miren, mientras, al mismo tiempo permanecen quietos sin moverse del sitio y sin estar haciendo otras tareas cuando les dan las órdenes oportunas o les explican lo que proceda en ese instante.  De esa forma los niños se van acostumbrando a estar a lo que están en ese instante, que es escuchar, fijarse ocularmente y estarse quietos, aunque luego se muevan. O que les acostumbren a hacer una cosa cada vez en vez de estar en varios frentes. Que no vean la televisión mientras están comiendo ni se levanten de la mesa mientras comen ni cuando hacen sus deberes, por ejemplo, entre otras muchas cosas. Lo de educar la atención visual y auditiva a lo largo del tiempo diariamente es lo que realmente importa, mientras que los medicamentos aludidos no suplen lo que no se hizo bien durante varios años. La educación familiar de la atención y la tranquilidad no se están practicando satisfactoriamente en líneas generales. ¿La prueba? El TDA, galopando como el viento.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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