No es que haya que esperar a que comience un año para intentar cambiar algo que nos es necesario o deseamos. Pero es buena excusa para empezar, coincidiendo con él, no en vano mitificamos el comienzo de cada año en nuestra vida. Quien no ha aprovechado alguno de ellos para hacer algún propósito sinceramente. Pero no basta con tener un arranque repentino y decidir portarse de otra forma. Para cambiar en una dirección es necesario pensar previamente en la dirección de nuestro cambio como cuando decimos por ejemplo, “este año voy a dedicar más atención a la familia”. Está bien porque plantea la pauta general que uno habrá de seguir, pero es preciso concretar más en cuanto a las conductas y el comienzo. En esa misma línea será mejor decirse a si mismo “a partir de mañana voy a dedicar todos los dias unos minutos a escuchar a los mios y hablar con ellos al final del dia, con la tele apagada y en especial los fines de semana voy a organizar actividades para estar con ellos más tiempo y con más calidad” . Si uno hace ese propósito y lo empieza a cumplir desde el primer momento ya va por buen camino. Pero podemos añadir matizaciones que lo hagan más creíble, como pudiera ser decírselo expresamente a ellos o a la pareja, para que el compromiso sea mayor. ¿Es suficiente ya con estos pasos? No, en verdad. Remataríamos la intención si expresamente hacemos evaluación cada semana del propósito declarado para ver si se ha cumplido en parte o totalmente. La evaluación permite corregir algún aspecto o ratificar lo prometido. Si la evaluación la hacemos ante nosotros mismos es válida pero mejor si la hacemos con quien declaramos que el propósito iba en serio. ¿Y ya está todo bien de esa manera? No señor, luego hay que ser constantes a lo largo del tiempo hasta que notamos que el cambio está consolidado. Para ello hace falta renovar, actualizar la intención periódicamente como se actualizan las aplicaciones de nuestro ordenador. Hay que pensar en ello, reflexionar y acordarse de que, entre tantas tareas que ocupan nuestra mente, esa es prioritaria. Y a partir de eso podemos ya estar más satisfechos. Solo un apunte final: como cometeremos fallos y habrá abandonos y altibajos lo procedente es recuperarse de inmediato y reanudar la marcha las veces que hagan falta. Así tendrá visos de que la intención del cambio era sincera y seria. Ánimo y que la moral no decaiga.