>

Blogs

Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

EL SUFRIMIENTO DEL HIPOCONDRÍACO

 

 

 

No existe duda alguna de que el sufrimiento del hipocondrÍaco es sencillamente terrible mientras está bajo el efecto del pánico a la enfermedad que vive como si fuese real. Esa es la verdadera causa del dolor que siente: que funciona completamente convencido de que padece la enfermedad  que más teme, sea el sida, el cáncer o el infarto. Y a partir de su convencimiento se comporta como si estuviese ya condenado a muerte o poco menos. Su atención se focaliza y se concentra con tal intensidad en su padecimiento que todo lo demás queda en el terreno de la sombra y sus conductas quedan condicionadas ineludiblemente de tal forma que se comporta como si estuviese desahuciado o poco menos. Cuando su obsesión se apodera de él entra en una especie de túnel de negrura que le impide ver la luz al final y no cree en ella aunque quienes le rodean le juren y perjuren que no le pasa nada, que todo son supuestos sin fundamento alguno. Sólo la palabra de un experto autorizado le permitirá salir del fango mental en que se mueve, pero por poco tiempo, pues enseguida, al menor dolor, volverá a las andadas y sentirse atrapado por la desesperación de un desahucio. Empezará así un rosario de autoexploraciones para comprobar el mal que al mismo tiempo teme y de consultas, de algunas de las cuales saldrá aliviado, de momento,  y de otras que no le parezcan acertadas saldrá más reforzado en sus temores. El hipocondríaco es un ser o un alma torturada, que cansa a quien tiene que soportarlo. Solo encontrará alivio cuando su naturaleza corporal  no le gruña, no le chille o no le moleste con ruidos o chirridos de los muchos que nuestro cuerpo tiene. Necesita estar oyendo constantemente que no le pasa nada, que no es de preocupar su malestar y por ello agobia y cansa a aquellos en los que descarga sus angustias. No hay que minimizar su sufrimiento, que es elevado al cubo, pero nadie le puede ayudar mientras no se decida a vivir como si no estuviese condenado, cuando su angustia le asalta por algunas molestias, que le hacen suponer que ya no tiene remedio. El hipocondríaco tiene que decidir vivir como si estuviese sano a no ser que el experto le confirme que de verdad se encuentra enfermo, en cuyo caso si procede cuidarse. Pero sólo en ese caso real.

 

 

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


marzo 2013
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031