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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

QUIEN SIEMBRA VIENTOS…

 

He aquí una nuera que se ha negado a recibir y cuidar a su suegra en casa a pesar de que esta tiene ya más de ochenta años y mueve a compasión. Se ha negado en redondo porque de siempre esta nuera fue rechazada por ella, despreciada en comparación con otras nueras que tiene la abuela, porque no quería esa pareja para su hijo. Le parecía a la abuela poca cosa, inmerecida para la valía de su hijo. Así ocurrió durante mucho tiempo, sobre todo al principio, aunque amainó un poco en los últimos años, al ver que no hacía efecto su desprecio. La anciana, es evidente, no previó que con los años podría necesitar esa ayuda y ahora se ha encontrado con el justiprecio, con la respuesta adecuada a sus proceder despreciativo. Al parecer no soporta que la nuera rechace el ayudarla y se queja de injusticia ante el hijo y el resto de la familia. Nada nuevo en cuanto a tal lamento y nada sorprendente debería ser para ella recibir en correspondencia esa respuesta. Hay personas que creen que vivirán siempre y no habrá consecuencias para ellas, hagan lo que hagan. Visión miope, donde las haya y dolor al final, mucho dolor al verse rechazada como en el caso que ahora les presento. Los padres nunca deberían despreciar ni rechazar de plano a la persona que un hijo o hija eligen para ellos, porque además de agraviar al hijo se pueden exponer a efectos indeseables. Pueden sugerir en todo caso, aconsejar o exponer su punto de vista sobre el error que a su juicio el vástago comete, pero de ahí a despreciar, rechazar  o marginar de manera evidente al elegido, va un trecho muy largo. Al fin y al cabo cuando un hijo es mayor es el responsable de equivocarse o no, con tal, eso sí, de no molestar, herir o perjudicar a los padres. Pero no, hay padres que no se cortan sin tener en cuenta las futuras posibles consecuencias nefastas que tal rechazo les puede ocasionar en el futuro, que aunque parezca lejano o muy lejano acaba por hacerse presente. Si todo repercute, si todo tiene efectos derivados hay que tener cuidado en esta vida y preverlos. No solo en el caso de las suegras. Pero hay quien tan solo mira el momento presente y la distancia corta. Miopía se llama eso en términos oftalmológicos y por extensión en otros ámbitos. Ignorancia se pueden llamar también muchas de las conductas cortoplacistas.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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