Me acabo de encontrar a un conocido completamente abatido porque su pareja se ha marchado de su lado cansada de pedirle que cambie de actitud, sin poder conseguirlo. Parece a simple vista un poco exagerada la reacción y un tanto injusta pero visto todo a la luz de su historia personal se descubre que desde hace mucho tiempo no solo su pareja sino también su familia le venia pidiendo un cambio de actitud ante la vida, de ser muy negativo, quejumbroso, introvertido y preocupado sin proporción a ser algo más positivo, extrovertido, ocupado del presente, sin tender a exagerar cualquier inconveniente. Es decir que si su situación actual se examina con mirada más amplia se descubre que lo que le venían siempre pidiendo con insistencia era un cambio de estilo personal, de manera de ser y de actitud ante la vida. Pero parece ser que como tal cambio requería gran esfuerzo por su parte se fue negando a ello sin pararse a prever que con los años le pasaría factura su posición ante la vida y su forma de ser. Ahora se encuentra desfondado y pide algún milagro, dado que la medicación que está tomando, no le saca de apuros. Sí, amigos, cuando alguien nos dice reiteradamente que hemos de cambiar no ya un comportamiento sino una serie de ellos de una determinada tendencia lo que nos está pidiendo es cambiar algunos de nuestros hábitos inadecuados que nos producen y producen sufrimiento. Sin embargo cambiar de manera de ser no es sino sumar decenas de reacciones y conductas concretas que son las encargadas de formar nuestros hábitos ya sean mentales o comportamentales. Es decir, elegir unos cuantos comportamientos y modificarlos, lo que es posible hacer de un momento a otro, es decir repentinamente porque son específicos, concretos y medibles. No son algo abstracto. Y como todo cambio se limita a reducir los comportamientos que son indeseables y aumentar los contrarios. Si nuestro buen hombre es un quejica debe reducir el número de veces que se queja sin razón o con ella y aumentar las veces que muestra satisfacción en algunos aspectos. Y si es introvertido y apenas habla de sus emociones aumentar el número de veces que expresa su pena, su alegría, sus proyectos, sus dudas, sus angustias. Si se encuentra cómodo sin esforzarse por mostrar el cariño a su pareja debe mostrarlo de inmediato de diferentes formas. Ese cambio, mantenido en el tiempo con constancia, irá haciéndole ser de otra manera. Eso, sí, hay que acompañarlo de un deseo, cuanto mayor, mejor. No queda otro remedio.