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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

CAMBIANDO TUS PENSAMIENTOS, CAMBIAS TÚ

Es muy sabido y manido que los pensamientos influyen en nuestra vida para bien o para mal según su contenido y la duración de su presencia en nuestra mente, pero últimamente se va abundando más en esa idea y concretando cada vez más las apasionantes consecuencias que ello tiene en nuestras vidas, empezando por nuestro cerebro. Cambiando los pensamientos y cultivando una actitud positiva y entrenándola debidamente durante largo tiempo nos exponemos a sentir agradables efectos en nuestro organismo. Empezando porque los pensamientos producen nuevas conexiones neuronales. Si los que cultivamos son de buena calidad y de positividad provocarán nuevas y buenas redes neurales y con ello un estado emocional positivo y  el consiguiente bienestar físico derivado. Pero no solo eso. Según la moderna ciencia epigenética somos capaces de activar muchos genes buenos o malos, tantos como el 85% de ellos, algo que hasta hace poco era tabú decirlo y nadie lo creía porque se pensaba que toda nuestra carga genética era inamovible y determinaba en gran parte nuestro destino en cuanto a enfermedades y salud. Eso significa traer a colación que somos responsables en gran parte de algunas de las enfermedades que sufrimos al activar genes negativos y causantes por la misma razón  de nuestro buen estado de salud al activar los genes buenos, por decirlo de modo que se entienda. No es que nuestra forma de pensar sea la única que produce esos efectos, pues el entorno, la alimentación, y el estilo de vida que llevamos también son de gran influencia, pero aquella es bastante determinante por ese solo hecho de que los pensamientos cambian nuestro organismo, comenzando por el cerebro y siguiendo por las hormonas y el resto del sistema.

Para       aquellos cuya forma de pensar sea más bien negativa va dirigido esto, advirtiendo que la forma de cambiarla no es emitiendo de vez en cuando algunos pensamientos de contenido positivo sino repasando una y otra vez y entrenando repetidamente nuestras expectativas positivas. Y digo una y otra vez porque para disminuir  la frecuencia de lo negativo hace falta  aumentar la frecuencia y duración de las imágenes y pensamientos positivos. Uno solo o poquitos granos no hacen granero aunque ayuden a los compañeros.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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