Leyendo estos dias los medios da la sensación de que la violencia se extiende gratuitamente y buen ritmo en todas las esferas. Madres que tiran a sus hijos por una ventana, parejas que se agreden con resultado o no de muerte, hijos que maltratan a sus padres, alumnos que acosan a sus compañeros, alumnos que matan a sus profesores, etc. etc. Quisiera yo aportar mi granito de arena reflexionando sobre este doloroso tema. Me pregunto si es habitual en las familias instruir a sus hijos sobre la no violencia y mi respuesta es NO. No es una práctica común ni constatada esa educación en los valores del respeto, de la amabilidad, la compasión, de la paz y de la tolerancia, cono debía ser. Simplemente no se habla o no se aprovecha para enseñar a los pequeños y medianos en el control de la agresividad y de los impulsos violentos que por otra parte son inherentes al ser humano, como muy bien sabemos, desde que Caín mató a su hermano Abel con una quijada de asno. Más bien se educa en dar facilidades y cuando surge la frustración el individuo no se encuentra entrenado en encajarla de la mejor manera. Me pregunto si los medios, además de airear los episodios violentos con todo lujo de detalles y repetitivamente, aprovechan para propagar, sembrar y recordar (actualizar se dice en estos tiempos) todos estos valores para que sirva de freno a esa tendencia, que parece va en alza y mi respuesta es NO, o es muy escasa, porque esos valores no venden ni prenden en nosotros como el morbo de las agresiones violentas. Me pregunto si las instituciones y los agentes sociales influyentes aprovechan momentos para recordar lo importante que es no abusar de la gente para no provocar en ellos la respuesta violenta y mi respuesta es NO o tan insuficiente que apenas se percibe. Me pregunto si los que tienen influencia moral sobre los ciudadanos hacen todo lo posible para cultivar la justicia, la paz, la confianza y las buenas prácticas morales y mi respuesta es NO, a la vista de cómo están las cosas. Me pregunto si cada uno de nosotros hacemos lo posible por responsabilizarnos de respetar a los demás y mi respuesta es NO. No es moneda de uso corriente. Así que entre que falta difusión, propagación y defensa aireada de los valores humanos contrarios a la violencia por parte de familias, instituciones educativas, religiosas, políticas y culturales y entre que lo que es noticia son los actos violentos, no parece que sople viento favorable a frenarlos, sino más bien el terreno se encuentra bien abonado para su aparición y su pujanza. Si además en el ambiente se encuentran escenas violentas que hacen que nos resulte familiar esta respuesta, todo se entiende más. Habríamos de responsabilizarnos todos para ir favoreciendo un clima de respeto, justicia, tolerancia, ética y buenas prácticas. De lo contrario, no hay que ser adivino para saber cómo va a evolucionar esta tendencia.