Parecía que no iba a llegar el año 2000, ¿os acordais?, ese año en que parecía que el mundo se iba a terminar o poco menos y no solo ya pasó sino que estamos finalizando el 2015. Cómo pasa el tiempo, a qué velocidad y qué pronto se nos escurre entre las manos!. Henos aquí ante un nuevo año que en cuanto nos demos cuenta habrá pasado y así sucesivamente. El caso es aprovecharlo de tal modo que no nos quede cierto sabor de amargo de quien ha perdido ya algo que no recuperará. Es ahora el momento de recordar todo lo bueno que nos ha deparado el que ahora se despide y aprovechar para establecer algún plan, algún propósito, algún proyecto o algún cambio que veamos necesario. Si, estemos en el punto que estemos de la vida, aún nos queda viaje por delante, vamos a aprovecharlo, para evitar la sensación de que hemos fracasado. Bienvenido el nuevo año que en gran parte será lo que queramos. Se impone una visión de optimismo realista para no sucumbir a los mensajes negativos que de cualquier rincón nos llegan. Más que quedarnos atrapados en la nostalgia del que marcha o del que acaba nos viene bien dirigir la atención y los deseos en una buena línea. No está nada perdido y mucho por ganar, pero cambiando de actitud y de postura ante el tiempo que huye. Bienvenido 2016 y que sea para bien, amigos mios. Se abre un tiempo nuevo, nuevas oportunidades esperan a quien busca y desea superarse, nuevos retos esperan a la vuelta. Fuera los agoreros. Mientras hay esperanza hay vida, como nos decía Seneca. Viva el nuevo periodo que ya entra por la puerta. Brindo por vosotros, los que me leeis y agradezco vuestra compañía cada semana.