Cuando quieras que los demás conozcan tu estado emocional y lo que te preocupa, ¡Habla!
Habla, si por callar el otro abusa de tu generosidad y complacencia. Habla para expresar tu oposición o diferencia de criterio.
A qué esperas para defender tus derechos, violentados o a punto de serlo. Habla y no te calles.
Si aspiras a que los demás conozcan tu opinión y tu postura en algunos asuntos, ¡habla! No te quedes callado.
Y qué decir cuando no sabes algo que te interesa. Habla en forma de interrogación o de pregunta y no te calles.
¿Por qué esperas a que otros averigüen tus intenciones, basados en supuestos no bien fundamentados? Habla y exprésalas tu mismo con calma pero con claridad muy meridiana.
Los silencios son buenos, pero cuando se pueden interpretar erróneamente en contra tuya, no te calles y Habla!
Si de demostrar tu amor a las personas se tratara o tratase, además de con hechos, usa tu boca y habla!.
Si padeces el riesgo de ser ninguneado, ignorado, preterido ¿a qué esperas para hacerte notar? No te calles y habla.
Hablar es una forma eficaz y sonora de contactar con otros, de ser escuchado y de ser considerada tu existencia. Habla!.
Habla, no por hablar, pero si no dices lo que piensas o sientes, lo que sabes o temes, lo que deseas o quieres, nadie se enterará ni serás atendido como tu te mereces. No esperes más y habla!
Hablar de sentimientos finalmente libera de presiones y de angustias, de pesos y de ahogos. Habla, exprésate con las palabras.