Zapping es lo que uno practica cuando está frente al televisor, se cansa de un canal y salta hacia otro y otro que sea más entretenido.
Si el zapping es amoroso, por extrapolación, será lo que uno hace cuando su relación amorosa de pareja le cansa o le aburre y busca sensaciones nuevas más entretenidas que las que le produce su pareja de siempre o de hace tiempo.
A medida que con el paso del tiempo el amor se ha vuelto más líquido, es decir menos sólido, y a medida que, todo hay que decirlo, los estímulos externos abundan y son más excitantes que otrora, y medida que esta práctica se extiende y se contagia, uno tiene la tentación de buscarse entretenimiento fuera de la rutina, la monotonía y la propia usanza.
Hay varias formas de hacer zapping amoroso, pero la más usada sea quizás el uso del wasapp que permite evadirse del consorte o la consorte sin tener que viajar ni desplazarse.
En realidad este fenómeno creciente no es sino una señal más de los inquietos que somos, de la dificultad que tenemos de hacer algo durante un tiempo seguido. La ansiedad y el desasosiego nos empujan a cambiar de tarea constantemente a no poder estarnos quietos ni entretenidos en acciones triviales. Necesitamos marcha, estimulación y cambio permanente. Culos de mal asiento es lo que somos y la realidad circundante además nos empuja en esa dirección. Con tal de no aburrirnos nos movemos de una lado para otro en un baile constante.
En el zapping amoroso no cuenta tanto el valor del compromiso, aunque nos vaya bien en la pareja, como la excitación que supone establecer nuevos contactos clandestinos y jugar a vivir experiencias novedosas que nos saquen del tedio.
Si uno se lleva mal con su pareja y no se atreve a dejarlo no puede sorprender este fenómeno. Lo que sorprende es que llevándose bien no tengamos escrúpulos en saltarnos el compromiso que lleva vivir juntos y compartir.
Me temo que el zapping amoroso ha llegado para quedarse aunque ello suponga en muchos casos dejar sembrado al paso un rastro de dolor y de ansiedad en quien no cambia de canal porque está a gusto.