Es muy difícil sustraerse a tanta manipulación a la que nos intentan someter, pero algo PODEMOS hacer siempre.
Si nos referimos a los gigantes tecnológicos Google y Facebook, como se hacía eco hace unos días un suplemento de El Pais, conviene saber que Internet se ha convertido desde hace unos años en un gigantesco negocio, un brutal instrumento publicitario al servicio de estas dos plataformas, de forma que explotan lo que se conoce como “economía de la atención”, es decir que quieren que nuestra atención esté fijada en ellos, que les miremos cuantos más mejor y cuanto más tiempo mejor para así asegurarse de que sus mensajes publicitarios nos llegan. Eso por una parte pero por otra al darles nuestros datos lo que hacen es un perfil comercial nuestro que luego se encargarán de venderlo (por lo tanto cobrando por ello) a otras empresas que se encargarán de mandarnos publicidad personalizada para que piquemos en el anzuelo o para manipularnos políticamente a través de sus campañas. Pura y dura manipulación.
Si nos referimos a los gigantes de la alimentación sucede que establecen relatos falsos referidos a las bondades o cualidades milagrosas de algunos alimentos nuevos que quieren introducirlos en el mercado y vendérnoslos por lo tanto, argumentando que se trata de alimentos “bio” o naturales, como sinónimos de curativos y sanos como si lo “bio” fuese una propiedad de solos esos productos cuando lo bio o biológico es un concepto mucho más amplio y no significa que lo bio sea todo curativo. Esos productos “bio”, como dice Javier Sampedro, son productos pseudocientíficos y pseudosanitarios que no han pasado por ninguna investigación científica que confirme que tienen esas excelentes cualidades. Por tanto conviene no ser ingenuos, siendo además que esos productos son más caros.
Y como estas manipulaciones existen otras muchas que pueden perjudicar seriamente nuestra libertad, nuestros comportamientos y también nuestros bolsillos.
La mejor manera de poder liberarnos de esas manipulaciones es estar informados de la intencionalidad y procedimientos de esos y otros gigantes para no sucumbir a sus artes. Nada hay mejor que la libertad y para ello una postura crítica es esencial para intentar estar bien informados y poder defendernos para que no nos la cuelen. A mayor candor y desinformación sociológica mayor riesgo de estar a merced de los manipuladores.
Ellos conocen bien las leyes psicológicas de manipulación pero nosotros tenemos el poder de sucumbir o no a su utilización. Para ello no hay que creerse de antemano sus relatos sino ponerlos en cuarentena y duda hasta asegurarnos de su veracidad.