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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

KHAN ACADEMY, UNA REVOLUCIÓN EDUCATIVA

Lo de Salman Khan, premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, y director de la Khan Academy con casi ochenta millones de alumnos es digno de todo elogio.
De las pocas cosas que le he oído decir estos días en Oviedo al venir a recoger el premio me quedo con varias:

Que si nos rodeamos de gente motivada eso nos estimula y eso me recuerda la importancia de que los padres y profesores sean motivadores de sus hijos y alumnos en lugar de señalar con frecuencia sus fallos, sus errores, su falta de esfuerzo, etc. Los niños hoy día, y, sobre todo, los que van más retrasados en los cursos, necesitan esa motivación, además de ayuda para no quedar cada vez más retrasados.

Me quedo con que el sistema educativo hoy premia a los mejores y a los que saben adaptarse a la velocidad que el sistema impone para todos. Si fuesen alumnos de su Khan Academy podrían llevar su propio ritmo con lo que no dejarían lagunas, sobre todo en los repertorios básicos de los distintos conocimientos. Y por eso priman las clases particulares y el exceso de deberes, todo lo cual les impide a muchos de ellos tener tiempo libre para jugar y satisfacer su curiosidad, como dice Khan.
Hace mucha falta repensar el sistema educativo para que ningún alumno fracase en la adquisición de habilidades y no se prime sobre todo la adquisición de conocimientos, muchas veces superfluos. Falta mucho para que el profesor deje de ser conferenciante (dice Khan) y los alumnos sujetos pasivos que se limiten a escuchar, cuando ya en estos tiempos los conocimientos están en internet o en los libros y a lo que el profesor debería dedicarse es a coordinar, supervisar la forma en que los alumnos van aprendiendo e integrando habilidades.
Por eso todavía el alumno tiene que sufrir estar mucho tiempo sentado escuchando cosas que no le interesan ni estimulan su curiosidad y creatividad. No nos extrañemos de que los que son muy activos o nerviosos tengan déficit de atención (hoy se les conoce como TDAH): es que necesitan estar activos en la recogida de información y en la coordinación con otros alumnos y eso les haría interesarse y no perturbarían tanto la marcha de la clase silenciosa.

En cuanto a los deberes otro tanto. Tendrían que hacerlos sobre la marcha en el tiempo de clase, pero eso es ahora imposible, porque la mayor parte del tiempo se lo pasan escuchando al profe y aprendiendo contenidos que no tanto habilidades. Cierto que no queda más remedio que ponerles deberes, pero los profesores tendrían que plantearse, dentro de los márgenes que les deja el sistema, centrarse en que los alumnos aprendan lo esencial, lo fundamental y lo practiquen y se les recargue menos en casa, porque en ese caso no tendrán nada de tiempo para ellos. De hecho hay alumnos que se pasan una media de ocho horas o más entre clase y deberes. Y eso es un gran inconveniente para motivarlos para la adquisición de habilidades y conocimientos.
En fin, que hay que empezar a repensarse el sistema sin que haya un gran cambio que por el momento ni es posible ni los políticos se lo plantean en el sistema educativo en la línea apuntada.
Pero me temo que esto es predicar en el desierto. Mientras tanto nos estamos cargando muchos alumnos que de otra forma, en vez de odiar asistir a clase y hacer montón de deberes, podrían sentirse inclinados a satisfacer su curiosidad por el aprendizaje.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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