La atención es el arma más poderosa que tenemos. Sabiendo lo que queremos al centrarla en lo que queremos ser podemos conseguir materializarlo, con el debido esfuerzo y constancia. Y automáticamente lo que no queremos ser pasa a ser enterrado o desaparece de nuestra conciencia y por tanto de nuestras intenciones.
Con ello se producen dentro de nuestro ser cambios biológicos que activan y consolidan la nueva actitud y nuevos comportamientos, conseguimos que algunos de nuestros genes buenos se activen y se opere el cambio deseado.
Pero esto debe ir acompañado de poner la máxima energía en el proceso. Poner pasión en el hecho de concentrarnos intensamente en lo que queremos y visualizarlo..
Hemos entonces conseguido hacer realidad nuestros deseos y se produce una transformación, una nueva realidad nuestra, que trasciende nuestra mente y deja atrás el viejo yo.
Esto es muy aplicable siempre y en cualquier aspecto de nuestra vida, pero tiene particular aplicación en estos momentos de cierto hundimiento emocional por el coronavirus y sus amenazantes consecuencias.
Centra tu atención en lo que quieres ser y ponte ya manos a la obra. No hay tiempo que perder.