Queridos padres, que tenéis hijos en edades educativas:
Cuando acaben la ESO, entre clases, academias y horas de estudio habrán empleado un promedio de QUNCE MIL HORAS (!) en el conjunto de materias de su curriculum. Pero se contarán con los dedos de una mano las dedicadas oficialmente en esos años a ser directamente instruidos y educados en valores como la justicia, la lealtad entre amigos, el agradecimiento, el perdón por el daño causado, la honradez, la honestidad, la ética, el valor del esfuerzo sostenido, el mérito y otras virtudes, palabra en desuso, pero importante. No está esa asignatura prevista desde hace tiempo y menos con la ley de educación actual. Si no los educáis vosotros en esos valores se encontrarán al cabo de unos años más con un título oficial de una carrera o un oficio, pero estarán escasos o muy deficitarios en esos valores humanos tan necesarios para sobrevivir humanística y psicológicamente, a no ser que los aprendan por ensayo y error, a base de escarmientos o viendo algún ejemplo digno de ser imitado. Tampoco verán espacios dedicados a ellos en los medios ni en las redes sociales.
Los valores humanos, que son los que en realidad dan sentido a la vida personal y social, son un ingrediente imprescindible para crear una convivencia social deseable y para la salud mental, si me lo permitís.
Sois vosotros, pues, los que debéis aprovechar para educarlos en esos valores a vuestro modo y manera o de lo contrario quedarán casi privados de esa gran ventaja. Puede ser que se encuentren con algún profesor o maestro que por vocación aproveche para instruirles de vez en cuando, pero será una excepción y no la regla.
No se les puede ni debe privar de ese derecho educativo, porque la vida misma no es suficiente para ello y algunos no llegan a aprenderlos y otros aprenden lo contrario.
La educación en esos valores les salvará del absurdo en muchas ocasiones y les permitirá dar sentido a muchas de sus actuaciones y a no perder el norte.
Daos prisa, aunque vuestras enseñanzas choquen con lo que vuestros hijos van a ver y que será con frecuencia opuesto a esos valores. Al menos algo les quedará. Desgraciadamente pasamos por una etapa de la vida que no se caracteriza por la instrucción y entrenamiento en valores dentro de las etapas educativas.