Parece que se ha corrido la voz del hecho de que ser bello o bella tiene muchas ventajas y de que hasta los jueces se ven influenciados por la belleza de un pibón y a estos les cae una sentencia un poco más benigna que si eres del montón o la idea de que si eres guapo o guapa tienes muchas más ventajas en todo y para todo. Observa, sobre todo entre mujeres, cuantas feas y gordas ves que triunfan en la tele.
No verás en la tele presentadores o presentadoras feas ni por asomo No hay más que ver la popularidad que tienen las bellezas y estar cachas.
Hubo un tiempo en que cada dia se instalaba un negocio de peluquería, luego vino la moda de poner fruterías, luego la de las clínicas dentales, la de instalar gimnasios y actualmente proliferan las clínicas de estética donde te levantan el culo, las tetas, la cara, te hinchan los carrillos, te ponen los labios cual trompeta o te dejan la nariz a lo Michael Jackson. Vamos, que la fiebre de la estética se extiende cual sunami y parece que hay que ser guapos obligatoriamente o quedas relagado a la trastienda.
La arruga ha dejado hace tiempo de ser bella y tener la piel tersa es lo que impera. No hay dinero que sobre pero para ponernos guapos, los reclamos abundan y cada vez más peces pican en el anzuelo. Porque parece que o eres guapo o estás condenado al ostracismo. Vaya panorama en que ya estamos y se nos viene encima. Así que los que somos no guapos parece que ni estamos ni se nos espera, aunque seamos mayoría mayoritaria. Esa es otra.
Así que me apetece liderar un movimiento de rebelión contra esta moda que pretende hacernos pasar a todos por el aro, si los no guapos no queremos quedar arrinconados, relegados o poco menos que apestados a este paso. Un movimiento de protesta y que los feos y los no guapos, sin renegar de la belleza, impongamos nuestra presencia en todos los escenarios, que caramba. Me rebelo. Una cosa es cuidar nuestra presencia y nuestro cuerpo y otra consentir que parezca que es verdad que o eres guapo o te vas a la mierda o quedar acomplejado y fracasado si no tienes una buena presencia.
Empiezo a pensar que la culpa de todo este tinglado la tiene aquella canción de “Que se mueran los feos, que no quede ninguno”. El caso es que yo recuerdo haberla cantado! Me arrepiento!