Acaba se salir publicado el libro Lecciones de vida. Lo que todos podemos aprender de los mejores profesores del mundo . Su autora, Andria Zafirakou fue nombrada mejor maestra del mundo en 2018.
Narra varios ejemplos de maestros y profesores ejemplares que consiguieron cambios milagrosos en sus alumnos en situaciones extremadamente difíciles.
Aquí no son tan difíciles las condiciones pero hay una necesidad notable de que los profesores consigan que sus alumnos se motiven, no abandonen sus estudios, tengan buenos recuerdos y vivencias, menos ansiedad y que algunos se alejen del peligro de atentar contra ellos mismos.
Acabo de llegar del cincuenta aniversario de la creación de un centro de formación Profesional en Almagro, Ciudad Real, del que fui director. Ha sido un encuentro inolvidable porque asistieron más alumnos que profesores de los primeros años del centro. Fue un evento extraordinario, muestra de la excelente relación profesores alumnos. Nos volcábamos en animarlos, elevar su esperanza que en muchos de ellos era realizar tareas agrícolas porque las posibilidades de formarse en otras profesiones en sus pequeños pueblos eran realmente escasas. Conseguimos volcarnos en mantener una relación positiva y atenderlos personalmente para que no abandonasen los estudios empezados y casi todos consiguieron el título.
Se impone que los alumnos perciban que sus maestros y profesores les quieren, les transmiten ilusión, confianza y la seguridad de que esmerarse en aprender y tener buenas relaciones entre ellos, así como alejarse de conductas insalubres merece la pena. Los maestros y profesores han de convencerlos de que mantener el interés por aprender es esencial para asegurarse bienestar, ilusión y afán de superación. Han de tratarlos no como si fuesen insoportables ni moscas cojoneras sino como ciudadanos que hay que formar para que aporten un valor añadido a sus vidas y a la sociedad. Los alumnos deben percibir esa actitud amorosa no exenta de exigencia y autoridad.
Pero también es necesario que los maestros y profesores se vean reconocidos por la sociedad, por las autoridades políticas y por los padres y se les mime, pague y cuide como merecen para que tengan ilusión, porque son responsables de educar ciudadanos cabales, con autoestima, comprensión, responsabilidad, disciplina e interés, pues son los ciudadanos del futuro.