No es que los líos de familia, las separaciones y las relaciones familiares complicadas sean algo nuevo y exclusivo de nuestra sociedad ni mucho menos. Forman parte de la historia. Pero es cierto que hoy abundan más en comparación con otras épocas pues los vínculos afectivos se han debilitado debido a la mayor fragilidad y complicación de las relaciones personales. Hay hijos que se desvinculan totalmente de los dos o de uno de los progenitores. Hay padres o madres que hacen lo propio si tienen que vivir con hijo o yerno o nuera insoportables. Al aumentar las separaciones y la debilitación de la institución familiar hoy resulta más difícil vivir satisfactoriamente todas nuestras relaciones familiares. Hay un cruce amplio de intereses y por tanto de posibles conflictos. Eso hace que el apoyo buscado y deseado así como el amparo que todos necesitamos esté más deteriorado y muchos vivan un aislamiento o soledad anticipada mayor de la que resulta deseable.
Es un avance de la soledad que se va extendiendo en amplias capas y estratos sociales desde el ámbito de la pobreza a la riqueza. Nadie escapa de esa lacra.
Es necesario tomarlo como un entrenamiento, pues a la vejez la soledad será mucho más dolorosa, muy lejos de las familias de antaño con numerosos miembros y donde la estabilidad era mayor y el entorno más cálido y emocionalmente más seguro y previsible.
Si uno no acierta a vivir su soledad tempranamente sin perturbarse, difícilmente soportará la soledad impuesta en sus últimos años, si no se tienen hijos o cuando estos estén lejos por motivos laborales, las familias estén más desarticuladas o el egoísmo y las tensiones afloren por herencias u otras causas.
Es signo de los tiempos y ante lo inevitable uno debe aprender a aceptar y adaptarse a los hechos, si no pueden cambiarse.
No pretendo echar un jarro de agua fría ni quiero ventilar el pesimismo. Se trata de tener en cuenta los hechos actuales y los que se avecinan para estar preparados, por si acaso.
Y los que tengan la suerte de vivir relaciones armoniosas que disfruten cuanto puedan de ese privilegio y de esa suerte, negada a muchos otros.