Esta contundente afirmación es repetida casi con las mismas palabras nada menos que de un famoso psiquiatra estadounidense David.D. Burns, cuando vuelve a decir que “los antidepresivos son inútiles para combatir la depresión” y que el lleva treinta años sin recetarlos a sus pacientes, porque son un puro negocio de las multinacionales de farmacia. Choca mucho esta afirmación viniendo de un psiquiatra, cuando sabemos que lo que hacen los psiquiatras es recetar psicofármacos para combatir los trastornos mentales y la depresión es uno de ellos. Y choca leerle decir que la depresión no viene causada por un déficit de serotonina, algo que todo el mundo tiene en mente porque se ha dicho hasta la saciedad. Mantiene que los antidepresivos actúan como un placebo porque la gente cree que son eficaces contra la depresión, pero no debido a su principio activo.
Me alegro que sea un psiquiatra quien ataque los antidepresivos, ataque con el que estoy plenamente de acuerdo desde hace mucho tiempo pero jamás me hubiese atrevido a afirmarlo públicamente, porque se me hubiesen echado encima tildándome de incompetente y atrevido, siendo yo psicólogo clínico.
Dice que combate la depresión de sus pacientes ayudándoles a combatir y controlar sus pensamientos negativos, porque ahí reside el secreto para él. No está desacertado, pero también hay que tratarla teniendo en cuenta otros aspectos como el cambio de determinadas conductas y tratando, de forma natural, la ansiedad, que es la verdadera causa que está detrás de la depresión.
La afirmación del Dr. Denis es un ataque en la línea de flotación de la práctica psiquiátrica porque la tira por tierra en el tratamiento de la depresión. Si no sirven para nada ¿quien hace que estos medicamentos estén, junto a los ansiolíticos, a la cabeza de las ventas de psicofármacos en España?
Y esa afirmación viene a apoyar lo que los psicólogos clínicos hacemos diariamente, a saber, combatir la depresión (también la ansiedad) a través del control mental, emocional y conductual, es decir por medios naturales. Pero esta es otra historia.