No, no es agorafobia precisamente lo que muchos llaman tal. La agorafobia es el temor irracional a los espacios abiertos y por eso sus pacientes no son capaces de cruzar una plaza, un parque o un descampado, por ejemplo.
Los que optan por no coger el coche, el autobús o viajar en general es porque en realidad tienen miedo, pánico más bien, a alejarse de su zona de confort, que suele ser su casa o quizás su pueblo o ciudad. Saben que ahí se ven seguros, que alguien puede atenderlos en caso de sentirse presos de una crisis de ansiedad o un ataque de pánico.
Suelen ser personas que han tenido alguna crisis y se sintieron alarmados y presos del pánico a sufrir un desmayo, un infarto o a perder el control. Y desde ese momento optan por no exponerse a alejarse solos, como digo, de su centro de seguridad.
El caso es que muchas de estas personas han recorrido el mundo o su país de noche o en pleno dia con su coche o su camión y no tuvieron ningún inconveniente ni les pasó por la cabeza miedo a que algo pudiese sucederles. Pero desde el momento en que se sintieron angustiados y asustados no quieren volver a exponerse ellos solos y optan por reducir sus movimientos, limitando su libertad a veces seriamente. Y algunos no retornan a la normalidad a lo largo del tiempo, más aún su limitación es cada vez más acentuada, en detrimento personal y causando molestias colaterales a sus seres queridos.
Se instalan pues, debido al miedo en el modelo de comportamiento conocido como evitación, con lo que el miedo se generaliza y se apodera de ellos, les envuelve y les confina.
Si son ya muy mayores, no habrán de molestarse en trabajar la forma de afrontar, pero si son jóvenes, como suele ocurrir, no deben consentirse vivir de esa manera. Habrán de recurrir a profesionales que les insensibilicen a su miedo y les entrenen en el afrontamiento progresivo, ya que por ellos mismos no se sienten capaces. Y después de entrenados y habiendo constatado que nada de lo temido les ocurre ir, poco a poco ellos irán practicando el afrontamiento hasta volver, dentro de lo posible, a recuperar esa normalidad que tanto ansían y tanto envidian en la gente.
Deben de dar el paso y atreverse, porque no hay término medio: o avanzan o retroceden y entre estos dos extremos la elección está clara. Avanzar, exponerse, afrontar, vencer, dominar ese miedo y disfrutar la vida, con las técnicas adecuadas, porque, una vez fallecidos, ya no hay tiempo ni la oportunidad de revertir o desandar el camino emprendido y recorrido. Ya sabéis, queridos fóbicos: si no queréis caldo, taza y media. Nadie ha muerto ahogado en ese caldo, que yo sepa…..el miedo está en vuestra mente…..o ¿lo habíais olvidado?