¿Te has preguntado por qué hay tanta gente actualmente que reacciona y actúa con hostilidad, odio incluso, que no tiene empacho en usar la mentira y que ataca al otro con facilidad o está en estado de alerta, como si fuese a ser atacada en cualquier momento? La explicación de esta tendencia general la ofrecen las neuronas espejo.
Las llamadas neuronas espejo que tenemos los seres humanos, entre otros animales, se activan cuando observamos a otros congéneres actuando de una determinada forma y por ello tendemos a poner en funcionamiento nuestra capacidad de imitación y nuestra empatía, por la que percibimos y compartimos pensamientos y sentimientos de los demás.
Si analizamos bien las conductas sociales vemos que predominan esas conductas referidas y emociones negativas y están aireadas repetidamente por los medios. Constantemente muestran comportamientos de nuestros líderes y no líderes sociales de tinte negativo, basados en la competitividad, la ira, el rechazo del otro y muestran ejemplos de ataques y defensas reciprocas. Los modelos que más aparecen son los de los líderes sociales, políticos y no políticos. Y estaremos de acuerdo en que echamos de menos más comportamientos prosociales.
Si nuestra capacidad de imitación y la empatía hacen que percibamos y tendamos a imitar comportamientos que vemos parece procedente plantearse observar más ejemplos de comportamientos de personas honestas, honradas, serias, responsables, razonables, compasivas, porque haberlas haylas, aunque no salgan a menudo en la televisión.
O sea que si nuestras neuronas reflejan las de otros en nuestra mano está vigilar en qué otros nos fijamos y a quienes observamos y que esas neuronas especulares hagan su función.
No es fácil el trabajo pero, viendo la necesidad que existe de reducir la tensión que se palpa en el ambiente, en nuestro poder está hacerlo, buscando modelos que exhiban conductas deseables para que la tranquilidad, la relajación, el buen tono y ánimo se nos contagie.
Es cierto que lo positivo y prosocial no suele ser noticiable y por eso se dice que los pueblos felices no tienen historias, pero existe. Es cuestión de elegirlo, buscarlo y copiar para que nuestras neuronas espejo hagan un buen trabajo.