A la hora de afrontar la solución de un problema ¿qué haces? ¿Buscas distintas alternativas, distintas vías para explorar o te centras en una sola respuesta o solución, dentro de la lógica? Si haces lo primero eres una persona de inteligencia divergente, abierta por la curiosidad hacia el hallazgo de diferentes vías que lleguen a soluciones creativas. Si lo segundo, lo que usas es una inteligencia convergente.
Ante cualquier problema que se nos presenta lo mejor es la convergente y si a eso le añades una actitud positiva, que te sirva de empuje emocional lograrás no solo mejores resultados sino también una forma de vivir más creativa y apasionante.
Se puede aplicar a cualquier tipo de problema, sea del tipo que sea y en cualquier situación o momento.
Los divergentes y de actitud positiva se enfrentan a la vida de forma más apasionada, más curiosa, más creativa.
Pero hay que superar la tendencia que más extendida está desde que abandonamos la infancia y transitamos por la educación formal que se basa en encontrar una sola respuesta y dar respuestas acabadas.
Se basa en centrar nuestra mente en lo conocido, en aplicar algo que está inventado.
El cultivo de una inteligencia divergente requiere cierta rebeldía en el entrenamiento habitual y pensar abiertamente. Cuantas más alternativas se busquen y se encuentren, mayor riqueza personal, mayor apertura mental, mayor proyección de nuestra mente. Si a eso le añades el condimento de la actitud positiva, que parte del supuesto de que encontraremos siempre nuevas soluciones, eso es la bomba, porque es una transformación personal apasionante. Pero hay que abandonar la zona de confort o de rutina y apuntarse a la novedad.