Esto lo dice el afamado neurobiólogo israelí Alon Chen y lleva toda la razón. Sus efectos son demoledores, aunque distintos según las personas que lo sufren, que son cientos de millones en todo el mundo.
Pero me llama la atención que este científico replique la teoría inicial de Hans Seyle en 1936 que decía que el estrés es una respuesta fisiológica ante estímulos amenazadores y ponía el ejemplo de cuando te encuentras ante un animal peligroso, como un tigre, por ejemplo.
Estoy de acuerdo parcialmente con esa teoría y la postura de este científico que dice que omo ahora no nos encontramos tigres o leones estos aparecen en forma de despidos, de enfermedades que nos surgen, de problemas económicos, de amenazas diversas. Se refiere exclusivamente a eventos externos amenazantes.
Es curioso que, según he ido leyendo muchos libros a lo largo de mi larga trayectoria profesional no me he encontrado con nadie que defienda, yo lo defiendo con argumentos, que los peores estímulos nocivos no son sola ni exclusivamente los externos, las circunstancias o contratiempos y adversidades sobrevenidas.
Con ser malos, los peores son algunos rasgos internos de los pacientes de esta lacra, sin que haya muchas veces precisamente ningún estímulo amenazante. Me refiero por ejemplo a los que son muy negativos, a los no asertivos, a los que viven aceleradamente como si siempre fuesen a perder el tren, a los que tienen que hacer varias cosas a la vez, a los muy desorganizados o desordenados y algunos rasgos más de personalidad.
No hace falta para vivir estresados estar bajo amenazas de la vida. El peor enemigo es cuando este está dentro.
Lo que me resulta curioso es que esta eminencia israelí cuando habla de remedios cita algo ya archiconocido, como es el ejercicio físico, el estar acompañado o la meditación y poco más.
No da ninguna pista nueva (¡).
Yo aportaré varias y muy útiles en el libro que ya estoy terminando para profesionales y que de momento lo voy a titular:

“ANSIEDAD-ESTRÉS-DEPRESIÓN: UN REVOLUCIONARIO MÉTODO PARA SU EFICAZ CONTROL”

Aún estoy pensando si poner la palabra REVOLUCIONARIO o poner INNOVADOR porque viendo que no soy una eminencia reconocida ni un investigador y catedrático de una importante universidad, sino un psicólogo de a pie de obra, eso si, con una experiencia exitosa de más de cuarenta años, es probable que me consideren un prepotente. No importa, estoy preparado para ello. A ver qué pasa, pero aporto importantes pistas y novedades que no he visto hasta ahora en los libros que tratan del tema y llevo muchos leídos. Ya os iré contando.
Por cierto Alon Chen dice que “el estrés produce ansiedad”, cuando en realidad, no en el nombre, son la misma cosa, mismo perro con distintos collares.