>

Blogs

Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

¡OJO CON ALGUNAS NUERAS!

Hace años escribí en este blog un artículo titulado “Ojo con algunas suegras” y ahora, en justicia debo referirme a algunas nueras, porque a algunas hay que echarlas de comer aparte y bien aparte.
Recientemente he conocido tres casos en los que unos padres se encuentran con un hijo casado que de la noche a la mañana y sin mediar conflicto alguno expreso van notando que el hijo se va alejando de ellos sin entender los padres el motivo y al poco tiempo en dos casos el hijo dejó de hablar y comunicarse con sus padres y cuando le preguntaron qué le estaba ocurriendo dijeron que “nada” y se quedaron tan tranquilos. En dos casos los padres, la madre en especial, le abordó a su hijo y le invitó a hablar para dilucidar el por qué de tal alejamiento de ese hijo y la respuesta fue dar largas y evitar encontrarse desde entonces.
En los dos casos las madres sospecharon que la nuera estaba por medio del conflicto porque notaron que los suegros no eran de su cuerda y tendió a rechazarlos y evitarlos sin saber la razón pues ambas madres y padres no eran con la pareja especialmente invasivos ni molestos.
El caso es que el hijo se fue alejando de ellos en ambos casos por no atreverse a plantar cara a su pareja o por miedo a la separación o simplemente por no querer poner las cosas en su sitio que consiste en que si la nuera no quiere ver a los suegros al menos le permita a su pareja ver a sus padres y relacionarse bien con ellos como fue hasta ese tiempo.
El otro caso, más grave aún y más doloroso consistió en que la nuera no dejó a los abuelos ver a los dos nietos desde el primer momento sin dar explicaciones. Y el hijo en lugar de ponerse en su sitio y defender el derecho de sus padres no afeó a su pareja esa conducta, no se sabe por qué, pero probablemente por miedo a que defender el derecho le llevase a que el matrimonio saltase por los aires.
Otro caso inexplicable de ese comportamiento filial porque hasta aquellos tiempos el hijo mantuvo con sus padres una relación más que honorable. Un hijo que no supo distinguir que una cosa es vivir con su pareja y otra muy diferente olvidarse y dar la espalda a los padres con lo que eso significa de injusticia e infantilismo o no sé cómo calificarlo.
Las parejas tienen todo el derecho a hacer su vida independiente y no dejar, si este fuera el caso, que los padres de cualquiera de ellos sean muy intervinientes en detrimento de la pareja joven. Pero una cosa es eso y otra muy diferente llegar a romper la comunicación con los propios padres sin razón suficiente. Es una de las cosas más dolorosas de esta vida.
Sabemos que las relaciones familiares son complicadas y a veces difíciles pero nunca deberían consentir los hijos, llevados de la influencia de sus parejas, consentir el dolor de una ruptura con los padres, si, como he dicho, no hubo grave razón por medio. Lo más duro que puede ocurrir a unos padres es perder el contacto con un hijo por obra y gracia de éste, llevado de la debilidad o de la influencia negativa de su pareja. Eso no es defendible ni es humano, si no ha habido razones más que graves. Y así y todo. La familia y el agradecimiento deben estar por encima de todo en líneas generales.
Para no escribir sobre los yernos de ese estilo el argumento viene a ser el expuesto, más o menos.
Ni se salvan los padres, ni las nueras o hijos que por nada extraordinario son capaces de romper para siempre la unidad familiar. Es una puñalada que deja al que la sufre sin sangre en sus arterias.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


julio 2023
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31