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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

VIDAS DESORDENADAS

En cuanto la depresión en forma de desgana, tristeza, desilusión, disminución del interés por lo que nos rodea, de la libido y del cansancio se instala en la persona, de manera sutil, pero paulatina, comienza a aparecer la desidia y con ella el desorden personal del sujeto de tales sentimientos. Comienza a dejar actividades que hacia con motivación anteriormente y el abandono de si mismo, su cuidado personal y el de sus tareas, trabajos o negocios hace acto de presencia y comienza extenderse pudiendo sumir al individuo en el caos.

Además de levantarse más cansado, tenderá a dejar de hacer ejercicio, a abandonarse, relajar su disciplina, descuidar su aspecto personal, sus relaciones sociales y encontrarse a si mismo acomodado en el aislamiento. Tenderá a reducir su iniciativa y toma de decisiones volviéndose menos resolutivo. Quizás tienda a dejarse llevar de la adicción a la comida, la bebida o cualquier otra y aflojar el control de sus gastos. Y tenderá a huir de compromisos, a escapar, a evitar hacer frente a las normales exigencias de su vida en todos los aspectos.

Semejante desorden, que es una consecuencia, actuará a su vez de depresor de su ánimo, de causa secundaria de su depresión entrando en un círculo vicioso e infernal en algún caso. Perderá poco a poco el control de si mismo, dejándolo en manos de las circunstancias externas, de su estado emocional, de sus impulsos y en definitiva de lo externo a él mismo, quedando un poco a la deriva y a merced de lo que se vaya encontrando. Bien, pues para abortar esta proceso de autosabotaje, en cuanto que se dé cuenta del desastre, tendrá que promulgarse a si mismo un real decreto por el que se reinstaure de inmediato el orden en su vida y sus costumbres aunque crea que no tiene fuerzas para ello.

No hacerlo significa exponerse al gran riesgo de quedar enfangado en el hundimiento emocional con difícil salida. No es que ponerse a corregir el caos garantice el resurgimiento, pues hay que buscarse otras ayudas, cambiar de actitud mental, reestructurar el contexto que alimenta su depresión, reducir su inquietud ya con medicación ya con relajación, reflexionar sobre sus objetivos y su estilo de vida y alguna otra medida. Pero mientras se abordan esos temas, hay que cambiar por decreto y vivir de manera ordenada antes de llegar a perder la autoestima y hasta la dignidad.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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