Sí, decididamante estoy en contra de todos los manipuladores, pero también y en especial de las madres manipuladoras con sus hijos, porque el daño que causan es nefasto y duradero. Y abundan más de lo que parece. Suele coincidir con madres a quienes no les ha salido bien su vida de pareja o han quedado solas y lo pagan con los hijos que se dejan, trantando de ganarlos para sus intereses, de culpabilizarlos, si estos tratan de vivir su vida (lógico en los adultos) con que si no tienen en cuenta el sufrimiento que padecen. Les recuerdan constantemente lo mucho que hicieron por sus hijos y lo que se han sacrificado. En otros casos les acusan de ser malos hijos, egoistas o desconsiderados para doblegar su voluntad. Les angustian comentándoles los fallos cometidos en lo que ellas consideran sus deberes familiares. Todo esto no es ilógico si los hijos se comportan de verdad de forma irresponsable y desconsiderada pero en los que se comportan normalmente es injusto, por el daño inmerecido que produce. Por tanto lo que se debe hacer es estar prevenidos para detectar esas conductas de manipulación a partir de ese instante, impermeabilizarse y rebelarse antes de que el mal no tenga ya remedio. De no hacerlo se exponen a vivir impregnados de la culpa y verse limitados en sus vidas, amén de deteriorar y salpicar sus relaciones emocionales de pareja. O sea, que hay daños no solo personales sino también colaterales. Los hijos más sensibles, débiles y responsables son las víctimas más propicias de estos comportamientos. Cierto es que hay hijos que son expertos en librarse de tales consecuencias. No me refiero a estos. Tampoco estoy criticando a las madres, sino a ese tipo de madres que tanto daño causan.