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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

COGE TÚ EL TIMÓN

Quizás vienes viajando en diferentes barcos pilotados por otros, acomodado y dejando que te lleven a destinos inciertos, unos apetecibles y otros no de tu gusto pero en los que consentiste desde el momento mismo en que no decidiste coger tú el timón de esas embarcaciones. Cierto es que no todos los barcos podemos pilotarlos y que no hay más remedio que viajar como un pasajero, pero en lo que concierne a tu barquito personal, a qué hacer con tu vida, eso es otro cantar. En ese caso hay quien prefiere encomendar a otras manos su destino, delegar la responsabilidad de lo que sea su vida en el futuro. Quizás no te hayas planteado que vivir de esa forma supone encontrarte a merced de los otros, siendo ellos los que deciden por ti en vez de decidir tú por ti mismo. Coge pues el timón si de verdad lo que quieres es ir llegando a los puertos que deseas, alcanzar tus destinos ansiados. No es tu madre, ni padre, no es tu pareja, si la tienes, a quien has de encomendar lo que a ti sólo te incumbe, ni a tus jefes o amigos. Piensa qué es lo que quieres y a qué puerto pretendes dirigirte. Analiza si tienes claro o no qué hacer con tu vida, tu talento, tus facultades, tus posibilidades, tu preparación y aprendizaje. Y una vez que te has aclarado, ponte a trabajar en esa dirección. No seas de los que luego, si no salen las cosas, te de por echar la culpa a los demás de tus fallos o malos resultados. Tu vida es tuya, aunque en un primer momento fueron tus padres quienes pusieron la semilla. Hazla propia y procede de tal forma que seas tú quien asuma todo el riesgo de hacer lo necesario y si hay errores asúmelos también, no pasa nada. Es una opción muy respetable optar porque sean otros quienes decidan por nosotros, nos dirijan, manden, impongan sus planes y hagan sin contar con nosotros en lo que nos incumbe, pero en tal caso no procede después culpar a los demás, acusarlos porque, al quedarnos a expensas de sus comportamientos, lo que hacemos es delegar en ellos y asumir lo que acontezca. Tomar nuestro timón implica poder equivocarse de rumbo o acertar pero uno podrá sentirse satisfecho de sus propias acciones, de su lucha, podrá estar orgulloso de que lo realizado será un producto suyo, elevará su autoestima y tendrá la sensación de no vivir en débito constante. Eso si eres adulto. Y si eres padre o madre lo mejor es que lleves el timón de tu hijo pero vayas soltando poco a poco de forma que él se entrene en auto conducción, autonomía y en el auto dominio.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


febrero 2010
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