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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

ESO, NO ¡CACA!

Quien más quien menos queda dominado en algunos momentos por algún tipo de adicción. Hay personas cuya la adicción de la compra compulsiva se apodera de ellas aunque después no se pongan la ropa o el calzado que adquieren. Están los adictos al móvil o a páginas morbosas. Hay quienes regresan a su casa con objetos superfluos que de tantos que tienen no caben en sus muebles resultando un engorro su limpieza. Los hay que no pueden resistirse a meter la moneda en una tragaperras, cuyas luces y música les excitan de tal forma que allá se lanzan a cambiar los cincuenta euros hasta que se los traga y se marchan arrepentidos de haber sido vencidos por la tentación de aquel premio frustrado, que no llega.

Son tantas las porquerías que nos seducen, nos dominan y doblegan nuestra voluntad y es tal la dependencia que tenemos de ellas que es bueno recordar que algo se puede hacer para librarse de tal esclavitud. Es tanto el control que miles de nimiedades ejercen sobre nosotros y nuestra voluntad que bien haríamos en recordar que somos seres que podemos y debemos tener el control sobre esas tentaciones, compulsiones, tendencias y deseos para que de dominantes pasen a dominadas. Parecemos andar sin frenos y a merced de lo que nos atrae e indefensos, cuando, si de verdad queremos, ¡podemos dominar nuestros impulsos! ¡Hay tantos que consumen su tiempo obedeciendo a absurdos arrebatos, que vienen a ser quienes dirigen sus pasos, sin pararse a pensar que pueden hacer algo por liberarse de ellos!

Bastaría con tener las ideas claras y en cuanto que un deseo nos empuja peligrosamente a comer, consumir, comprar, limpiar, coleccionar, gastar, jugar, beber, pesarse, nos digamos, como dicen a los niños “¡Eso no me domina!”, “¡Tal cosa no me puede!”. Basta con conseguir alguna vez detener la tendencia que nos mata para tener conciencia de nuestra autoeficacia y nuestra fuerza. ¿Quién te ha dicho que no puedes pasar sin hacer aquello que sabes que te arruina? ¿Desde cuando la persona ha de estar al servicio de las cosas, de acciones que considera nefastas, reprobables, reprochables, destructivas?

A veces olvidamos que nosotros somos los dueños de nuestra propia vida, en vez de ser esclavos. Ya sabes, la próxima vez que te veas a punto de consumir, hacer, comprar de manera impulsiva que rechazas. afírmate con fuerza “Eso no, ¡caca!” y vuélvele la espalda.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


marzo 2010
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