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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

LA PUERTA OLVIDADA

 

Tendemos a despreciar la importancia de los pequeños detalles, de lo aparentemente insignificante, pensando que no tiene peso en nuestra vida y en nuestras relaciones personales y ciertamente puede ser así, pero no siempre, y omitirlo puede ser decisivo en muchos casos, sobre todo en las relaciones personales.

Los turcos conquistaron Bizancio,en poder de los cristianos porque, a pesar de sus grandes murallas y sólidas defensas, los cristianos se olvidaron, por un incomprensible descuido, de cerrar a cal y canto una aparentemente insignificante puerta, sin importancia militar, por la que en tiempos de paz entraban los peatones y por la que se colaron perdiendo los cristianos aquella importante fortaleza y cambiando con ello el rumbo de la historia. La kerkaporta, o puerta olvidada, se llamaba.

Digo que los detalles son siempre dignos de tener en cuenta en todas las facetas de la vida, pero en las relaciones personales, siempre material sensible, puede ocurrir que un simple detalle pasado por alto o no tenido en cuenta, dada nuestra sensibilidad al ser tratados, altere seriamente una relación que va durando años. Incluso es susceptible de acabar con ella de manera abrupta o paulatina.

A todos nos gusta que nos traten bien y somos bastante susceptibles a las formas, los modos, las omisiones, los despistes o cualquier acción que signifique ser ignorados, preteridos, discriminados u ofendidos.

Cierto es que no podemos cuidar con exquisitez  siempre y todos los detalles, porque no siempre estamos en perfectas condiciones  emocionales para ello, pero no está demás tener en cuenta que, dado que los seres humanos somos muy sensibles a las palabras, los hechos y los gestos que implican nuestras interacciones y que no siempre nuestro grado de tolerancia a la frustración es alto, podemos estropear  una relación por algún simple detalle que hemos pasado por alto.

Pero lo mismo ocurre en cualquier area. Podemos tener un automóvil caro y cuidado y olvidar controlar el aire de un neumático y perder el control al frenar  bruscamente en una curva. Podemos marchar de vacaciones y dejar una ventana no bien cerrada y abrirla un vendaval y hacer de las suyas. La lista de posibles ejemplos sería casi infinita.

Pero la clave es corta y simple. No hay detalle pequeño, todo cuenta. Hay que estar sobre aviso, sin obsesiones, pero alerta.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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